Llama la atención en la Ilíada, desde el primer canto, la doble narración entre los acontecimientos en las playas, y los debates en el Olimpo. Así, diferentes dioses van a solicitar ayuda a Zeus, habiendo besado previamente su rodilla.
Supongo que el helenismo mantuvo en Oriente Próximo la tradición del banquete divino, y que en el madjlîs de los zurafâ’ en Bagdad se repetían celebraciones arraigadas en el saber vivir .
Sólo los cenáculos más atrevidos del Renacimiento supieron competir con el fausto de las libaciones de la Antigüedad, y ya en los salones franceses del XIX percibimos más aburrimiento que disfrute. Las TAZ serán ocasiones de transportarse a nuevas situaciones de tertulia bien acompañada, siempre y cuando se desprendan de las inercias costumbristas de la buena educación. Hasta en los squats, las fiestas siguen una regularidad demasiado conformista, predispuesta, sentenciada.