La «tesis árabe»: unos apuntes breves (II)

Esta mañana acabo de escuchar al prestigioso filólogo G. Tavani en Santiago, en un congreso sobre literatura y el camino de Santiago, tras escuchar a la brillante arabista Ana María Carballeira. Lo que me interesa resaltar de la intervención de Tavani es el eco que tiene para mi comprensión del fenómeno del traspaso del espíritu lírico cortés y queertés de Al-Andalus a Provenza su reflexión sobre los trobadores provenzales en la Península. Partiendo Tavani de la evidencia del influjo provenzal en la lírica gallegoportuguesa, emite la hipótesis de que la ausencia de huellas textuales provenzales en la Península se explique por el hecho de que los juglares y trobadores que venían, a las cortes o en peregrinación a Santiago, traían textos líricos, que dejaban su impronta aquí, y que se llevaban de vuelta a su tierra. En la península, no había necesidad más tarde -siglo XIII- de copiar los textos o conservarlos, puesto que se consideraba inútil, en la medida en que no se apreciaba nada novedoso, habiendo aquí ya una lírica autóctona, al contrario de lo que sucedía en Italia, donde sí se copió la lírica provenzal y gallegoportuguesa. Además, los juglares y trobadores venían con un espíritu de tournée, es decir, de una estancia breve y lucrativa.

Creo que estas reflexiones se pueden extrapolar a la práctica de los cantantes y poetas andalusíes que, desde la corte de la taifa de Zaragoza, podían ir en tournée a las cortes del otro lado de los Pirineos. Naturalmente, esta influencia oral no dejó ninguna huella textual, más allá de las peculiaridades dispositivas ( monorrimas en dos poemas de Guillermo IX de Aquitania) que se puedan rastrear de forma muy esporádica. La «tesis árabe» se aprecia entonces como proceso de estímulo más que de influencia, con un tempo mucho más alargado en la duración, extensivo más que intensivo, de la lírica andalusí en la provenzal y latina. En efecto, gracias al estudio de nuevos latinistas, sabemos que sí hubo traducciones de poemas árabes en Córdoba, realizadas por eruditos mozárabes, en el siglo IX.

La «tesis árabe» se abre en un periodo de unos cuatro siglos, y se explica como sistema de enriquecimiento de la cultura medieval occidental por cauces escritos y orales, con pocos elementos de ruptura y sí muchos de sombras proyectadas, no-dicho y activación de elementos culturales poligénicos. Ibn Zaydûn ya no se opone a Ovidio, sino que se superpone. En esto, Ibn Sahl es una figura tardía que confirma las bifurcaciones del siglo XII que se cristalizan en el XIII. Es un poeta de plasmación, no de arranque. Un poeta del ocaso. Acaba una luz de vela e incienso venida de Bagdad en Sevilla y se enciende la lámpara italiana, el Renacimiento.

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