La sociedad andalusí destaca entre las sociedades europeas medievales por su alto grado de urbanización, que con el islam, son dos condicionantes importantes para el estímulo de la sociabilidad. Las costumbres, eventos socioreligiosos y espacios de encuentro se desarrollan a lo largo de los siglos, como bien ejemplifica el proceso de ampliación de la Mezquita de Córdoba durante tres siglos. La literatura de viajes, que incluye principios de geografía y etnografía, nos muestra una cierta popularización de peculiaridades, gustos y costumbres locales que dan buena cuenta de la parte más bella de de toda tradición, su arraigo y su difusión por canales informales. La riqueza folklórica de Al-Andalus conlleva una reafirmación de la élite que se va manifestando en las sucesivas centralizaciones políticas y culturales emprendidas por las grandes dinastías, y en buena medida, también por los reinos de Taifas. En Ibn Hazm (Kitâb al-Axlâq), esta reafirmación se expone como desprecio de la sociabilidad fácil, y adquiere tonos claramente misántropos:
El que hace vida social no podrá evitar cuidados que le atormenten, ni pecados de que se arrepentirá en la otra vida, ni movimientos de cólera que le quemarán las entrañas, ni humillaciones que echarán por tierra sus ilusiones. ¿En qué piensa, pues, el que vive entre los hombres y los trata a toda hora? La fuerza, la tranquilidad de espíritu, la alegría y la salvación están en la soledad. Trata a los hombres como tratas al fuego: te calientas con él, pero no te metes en medio de sus llamas.
Resulta llamativo que la soledad sea para el moralista una vía de salvación; todo el efecto colectivo de la práxis islámica se evacúa en beneficio de una ética individualista que podría resultarnos quizás inapropiada, pero que se articula desde las primeras páginas del tratado como leit-motiv sapiencial. Cierto es también que en el fondo todos podemos llegar a la misma conclusión, y que la construcción de la autoestima pasa y seguirá pasando por las estimas definidas por defecto ajeno e incorregible.