La Dogmática Situacionista Islamista no ha entusiasmado prácticamente a nadie desde su creación en verano de 2006, de forma tal que las estrategias para su difusión y desarrollo no pueden ser consideradas adecuadas. La crítica de la forma conduce inevitablemente a una crítica del contenido, que no puede camuflarse en la pereza, la expectativa ilusa o la prudencia. Sin embargo, los elementos objetivos de la realidad no señalan sino la acentuación de las plagas del presente: claudicación de la socialdemocracia europea ante la restauración occidental y bélica, saboteamiento sistemático del lenguaje y el espacio públicos, cantonados cada vez más en las TAZ pseudoasociativas, y debilitamiento de la indignación en las masas más perjudicadas que, llevadas por la desesperación, la miseria emocional y el egoísmo escapista, solo aspiran a su individualización a lo sumo virtual o terrorista suicida pseudomártir. Por lo tanto, no es la Dogmática Situacionsita Islamista un añadido inútil al presente, sino su negación más actual y crítica.
Como la historia es parte de la revolución y la revolución es la belleza de la situación, las aspiraciones revolucionarias individuales han encontrado en las zonas democráticas de la información libre y en los mares de la blogosfera las flores de la acción presente, sin esperar al futuro que nos puedan prometer los patrones. Por lo tanto, se trata ahora de hacer explícito lo que es ya teoría y práctica de la revolución, la crítica consciente de los medios espectaculares desde y dentro del corazón matricio del nuevo orden espectacular autónomo, la Red de redes. La ética del hacker señalaba lo lúdico, en la línea iniciada por el dadaísmo, el surrealismo y la I.S.; ahora, la cibernética islamista se apoyará en el amor a Al.lâh para llevar a cabo el jihâd poético que desestabilice en sus adentros las convicciones del Leviatán y sus ejércitos de tabúes mercantilistas. El poema, la huella dejada como apoyo a las iniciativas ajenas, la teorización y la práctica de recuperaciones, comentarios y críticas tanto culturales como antifascistas podrán, in shâ’ Al.lâh, permitir que los camaradas perciban en sus comportamientos libres las posibilidades mismas de una sensibilidad a gran escala de la vida sin ataduras.
No espero ninguna aprobación explícita, -por supuesto bienvenida-, pero sí consideraré como un acto mismo de cibernética situjihadista la mera lectura de este post. Ma’a assalâma.