¡Sarkozy va ganando! Sobre el despido de Siné.

Bismil·láh al rahmán y rahim

El escándalo no es para menos. Basta echar un vistazo al blog de Pierre Assouline, o a la página oumma.com, que comentan desde posturas muy contrarias el terremoto que supone el despido de Siné de Charlie Hebdo, bajo la acusación de antisemitismo. Assouline pone además unos hipervínculos, el primero de ellos, de rue89, a su vez con más hipervínculos. Para quien no conozca Charlie Hebdo, intentaré decir con pocas palabras por qué, pese a su agresividad, me gustaba leerlo en el café de l’Ilôt 13, en Ginebra. Charlie Hebdo garantizaba una risa profunda, como solo lo permite la maldad con los cobardes, los infames y los aprovechados. Charlie Hebdo siempre se pasaba, siempre iba más allá de lo educado. Era maleducado por antonomasia. Nada de la elegante deconstrucción un tanto surrealista de Le canard Enchaîné, sino pura mala gana, eso sí, con un ingenio incomparable.

Echar a Siné de Charlie Hebdo es tirar al emblema, la identidad, la fidelidad de ese espíritu ultracínico. Desde el punto de vista simbólico, el ejemplo que se me viene a la cabeza es que El País hubiera echado a Eduardo Haro Tecglen en pleno aznarismo, atendiendo a indicaciones de La Moncloa, por meterse con la boda de la hija de Aznar con el inefable Agag. Como el difunto cronista de Visto/Oído ya no está aquí para opinar sobre el tema, me permito retomar el tono, humildemente, de sus columnas, para denunciar que Sarkozy ha conseguido lo peor, a saber tener a toda la prensa francesa a sus pies.

Naturalmente, no conozco ni leo todas las cabeceras, pero lo curioso es que sea un periódico de derechas de toda la vida, Le Monde, el que por motivos de prestigio no haya sucumbido aún totalmente al yugo del Presidente de la República. Libération, supuestamente de izquierdas, se dedica al fashismo, como dice Beigbeder, el punto de unión entre la fashion y el fascismo. La prensa de derechas está encantada, tanto la de París como la regional, y con la expulsión de Siné, Philippe Val, perro de guardia del Mafioso Mayor, toma definitivamente el control de Charlie Hebdo. Se va el disidente, expulsado, insultado, marcado con el calificativo definitivo de la restauración Sarkozy: antisemita.

Siné «se equivocó» metiéndose con la boda de Jean Sarkozy, el Mubarak junior de Francia, el Al-Asad junior de Francia, el Bush junior de Francia, el futuro heredero de la República Francesa, ni más ni menos. Ya no vivimos la libertad de expresión que permita sacar en tirada nacional un insulto merecido al hijo del Presidente. Si quieres meterte con Jean Sarkozy, abre un blog y confórmate con un centenar de lectores. Para concluir, diré que si Charlie Hebdo no sobrevive a esta crisis, será una gran victoria de Sarkozy, y en muchos sentidos. Será una victoria sobre los disidentes, una victoria sobre el resto de la prensa, una victoria de cara a EEUU, que también está quemando las naves en términos de libertad de expresión para los caricaturistas, véase el artículo de Íñigo Sainz de Ugarte en Público sobre la reacción de lo seguidores de Obama contra la caricatura de The New Yorker, y sobre todo, es una victoria de Sarkozy que ofrece en bandeja a sus amigos (ricos) de Arabia Saudí. Ya les puede servir en bandeja la cabeza de quienes con más ganas se montaron en la polémica de las caricaturas danesas, desde la postura legítima de los caricaturistas. En su momento ya estaba Philippe Val, y ya quería desviar la cuestión hacia una campaña islamófoba, pero no lo consiguió totalmente, precisamente por el espíritu humorístico de la portada de Charb. Esta vez, sí lo ha conseguido. Sarkozy ha marcado un gol.

Que Al·lâh ilumine las mentes de sus fieles adoradores, en este tiempo de tinieblas y mentiras.