«[…] una civilización que descuida tanto los olores, que sustituye los perfumes tradicionales por productos que entran más en el ámbito de la farmacia, de la moda y del material para deportistas. Leer Ronsard, oler a rosas, […] comprar el perfume en cantidades mínimas pensadas para un día con su noche…»
Más adelante prosigue:
«Las flores y las esencias serán los símbolos de la empresa que estamos movilizando, señales de toda su potencialidad, querido amigo.»