También debemos llamar la atención sobre uno de los rasgos más característicos de la poesía árabe, que es el sensualismo, la voluptuosidad, la aspiración a los goces materiales, gusto que dominando en la poesía clásica de los anteislamitas, apenas fue moderado por la moral laxa del Corán. El sensualismo afea con demasiada frecuencia la poesía y literatura árabe; el amor rara vez se encuentra pintado en su idea más noble y pura; a cada paso nos hallamos en el tesoro poético de los Árabes andaluces con obras tales como la titulada El Intérprete de los deseos, colección de poesías críticas casi lascivas escritas por un xeque, dado por otra parte a los estudios teológicos (nota: Sidi Mohieddin Alarabi, que murió en 638-1240).
Fracisco Javier Simonet, El Siglo de Oro de la literatura arábigo-española: Discurso leído ante el claustro de la Universidad Central, Facultad de Filosofía y Letras, 1867, p. 47.