Cinco partes con un tema triste
en la mayoría de las fómulas
no equivalen a la ciencia
de comunicarse con señales.
La búsqueda de una cinta
reservada para los intrépidos
tira la verdad al terreno malo:
un defecto acaba con preguntas.
Ni tres partes en una sola
repetirán la primera en la boda
de la idea de sufrimiento
con la idea de fragmentación.
La fiebre del adiestramiento
corona el esfuerzo tímido
de aceptar etéreamente
la manipulación de la palabra.
Un silencio lleva a un sueño
de un recuerdo que no ha durado
para nosotros lo mismo
que para el silencio que viene.