El situjihadismo es una condena del terrorismo

patriotism-terrorism_thumbBismilah al rahmán y rahim

Me quedo callado o no escribo nada cuando suceden atentados terroristas cometidos por grupos islamistas, y me callo más que nada porque no tengo gran cosa que decir, lamentar el horror, las muertes, los heridos, la tensión entre comunidades cuando existen minorías islámicas y toda la sensación de destrucción y miseria. Me sucede con todos los atentados terroristas, y por supuesto también con las imágenes de bombardeos y asesinatos (menos frecuentes en los medios) cometidos por tropas regulares de los diferentes ejércitos nacionales, o los cuerpos de policía. Para mí, el terrorismo no es un término ambiguo, no veo ninguna dificultad para decidir cuando se está cometiendo atentados terroristas.

Antes y después de ser musulmán solía acudir a concentraciones contra ETA, contra los bombardeos en diferentes años y países, contra las ocupaciones, contra las persecuciones y las discriminaciones. Desde que estoy en Galicia menos, porque no viajo para manifestarme, o por lo menos hasta ahora no lo he hecho. No creo que un musulmán tenga que explicitar su condena cada vez que se produce en el mundo un atentado llamado islamista, como no creo que una persona en ninguna circunstancia deba sentirse responsable por los actos cometidos en nombre de una identidad a la que se adscribe. Ahora bien, siempre y cuando no se declare judicialmente en un régimen democrático que esa identidad es ya de por sí una complicidad con un delito de enaltecimiento del terrorismo.

No apruebo la manida fórmula de terrorismo islámico, porque si es terrorismo, no es islámico, y no apruebo aunque tolero ya sin discutir la fórmula terrorismo islamista, porque atribuye un adjetivo que no emplean los terroristas, y se lo quita a aquellos que quieren hacer política desde el islam, que es para mí la definición del islamismo, el islam político. Yo soy islamista, en cierto modo, ya que he llegado al islam por política y avanzo con él por política, pero no me siento en absoluto identificado con los islamistas que suele haber, y menos aún con los terroristas mal llamados islamistas, que no son sino terroristas: de Al-Qaeda, de la organización concreta a la que pertenezcan, o simplemente terroristas fanáticos.  El situjihadismo es un jihad situacionista: crítico con la sociedad y que apela a un esfuerzo sagrado del individuo en el seno de un colectivo para perfeccionarse. Este jihad es un repudio absoluto de cualquier incoacción violenta. No necesito poner una reflexión sobre la legítima defensa, porque está en el código civil y en la Carta de la Naciones Unidas. No es necesario proclamar en cada instante que uno se apoya en los DDHH. La crítica situacionista jihadista  puede tener como objeto por supuesto el humanismo, el humanitarismo, la ideologización universalista de los DDHH, pero no se parte de su negación, sino de su afirmación. El situjihadismo es una corriente política alternativa al sistema democrático, pero no parte de la negación de la democracia, sino de su afirmación. Con todo ello, vengo a señalar por si fuera necesario que el situjihadismo es una condena del terrorismo, y que aspira a sustituir a los oscurantismos fanáticos como vehículo de canalización de la protesta legítima contra el neoliberalismo, el imperialismo, el machismo, el neocolonialismo y todas y cada una de las articulaciones reaccionarias que oprimen a la mujer y al hombre del siglo XXI: el Kufr.

2 comentarios

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2 Respuestas a “El situjihadismo es una condena del terrorismo

  1. Es cierto. No hay nada inteligente que decir sobre la guerra.
    Lo peor es cuando se generalizan los sucesos detrás de una etiqueta: Los de un bando o los de otro. No se puede olvidar que son personas concretas los que hacen las locuras, no una etiqueta. Una persona sí puede estar loca, un movimiento no puede ser loco.
    Aún peor es cuando la etiqueta absorbe a la individualidad, la alienación, la aniquilación del individuo en pos de la uniformidad. Por otro lado, dejarse engullir por una creencia, sacrificar el espíritu por adherirse a un conjunto de reglas preestablecidas, tiene también grandes dosis de aburrimiento, por un lado, y de borreguismo, por otro.

    Abenyusuf, el verbo que me preocupa es el «merecer». Siempre hay alguien de algún bando que repite el «se lo merecía» de turno. Merecer sólo debería ser declinado en supino. Cada vez estoy más convencido de que la respuesta está en no pertenecer a ningún bando.

    Búfalo.

    PD: Estoy profundizando en los anios finales de la República de Weimar. Abenyusuf, hay paralelismos que nos dejarían estupefactos. En la presente coyuntura, sólo falta un resurgimiento pseudopolítico de las artes para que los astros se alineen de la misma manera. El arte, que es el alma, nos salvará del siguiente desastre, si lo merecemos.

  2. Búfalo,
    la verdad es que sí se han escrito cosas muy inteligentes sobre la guerra, y sobre todo contra la guerra. Con lo de las etiquetas estoy plenamente de acuerdo, y con lo nefasto de las generalizaciones.
    No comparto la idea de que un movimiento de por sí no puede ser loco, hay responsabilidades colectivas en casos concretos, y por poner un ejemplo, una asociación de individuos cuya finalidad manifiesta es cometer un crimen (v.g. un asesinato ritual).
    El párrafo siguiente no puedo suscribirlo, porque choca contra el principio de libertad de ser, que puede ser precisamente la entrega. Por supuesto, una etiqueta es un concepto poco claro para articularlo con la dinámica de la entrega humana, pero algo de fondo me plantea problema: «dejarse engullir por una creencia, sacrificar el espíritu por adherirse a un conjunto de reglas preestablecidas,», compruébalo tú mismo, creo que es evidente que cargas contra una nebulosa.
    Las reglas preestablecidas en sí no son ni buenas ni malas, depende de cuáles se realicen actualmente y con qué deseos, con qué voluntad. si hay aburrimiento y borreguismo, no hay nada que hacer, pero no se puede confundir la coordinación o la armonía humana y el borreguismo.
    Muy bien por señalar el verbo merecer. «¿Te merezco?», o como has dicho tú, esa maldad de la crueldad. Pero ya no me acuerdo del supino, y tengo que buscar: ¿una de las formas nominales del verbo?
    Hay un bando muy grande y es el de los que tienen la humildad de luchar por la justicia siendo justo hasta consigo mismo. Siempre puedes entrar. Sin corrupción, no hay…corrección.
    ¿Paralelismo con la crisis de entreguerras? No quiero ni pensarlo mucho. Espero que el resurgimiento pseudopolítico sea al final político, desde muchos puntos, y que el situjihadismo sea uno de ellos. No como arte ni como crítica de arte sino como ojo de huracán.
    Nos lo merecemos.

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