Bismillah al rahmán y rahim
Podré discrepar con Angela Merkel en casi todo, podré reprocharle toda mi vida su amistad con Bush, Olmert y tantos terroristas, podré incluso considerarla cómplice en el genocidio atlantista-sionista e israelí contra la población palestina de Gaza en la operación Plomo Fundido de Enero de 2009, mi Gaza 27/12 tatuada en mi mente, y le acuso de estar fomentando el terrorismo atlantista en Afganistán, pero le reconozco todo mi respeto por haber sido la única persona con cierto poder en la Unión Europea que ha demostrado una mínima preocupación por la promoción de un negacionista profesional en el seno de la Iglesia Católica, el obispo Williamson, y así se lo haya indicado al Papa neonazi Benedicto XVI, ciudadano de origen alemán a pesar de su reino en el Vaticano de Roma. Angela Merkel rompe así la infamia del silencio de los 27 gobiernos de la Unión Europea y de los EEUU, y rompe el vergonzoso monopolio del Rabinato de Israel en la denuncia del antisemitismo, negacionismo y revisionismo. Nunca más debe ser Israel el único foco de denuncia del antisemitismo, del negacionismo y el revisionismo, y es de por sí una vergüenza de todos los europeos que tengamos que asistir a la renuncia por nuestros gobiernos de su responsabilidad ineludible en la lucha contra el antisemitismo. Renuncia que nada me desmiente que no esté ligada a un fenómeno archirracista: el antisemitismo que permite el desarrollo constante del sionismo en Europa. Angela Merkel parece ser la única persona que aún no está borracha por el cinismo de tantos y tantos gobernantes, y aunque sigo considerándola como una adversaria en el terreno político, quiero demostrar aquí mi agradecimiento por su gesto, y quiero animarla a que siga exigiendo explicaciones y una retractación al Papa, el Papa neo-nazi Benedicto XVI.
No distingo entre la islamofobia y el antisemitismo. Los antisemitas son islamófobos, y los islamófobos son antisemitas. Quienes desde una identidad atea denuncien todas la religiones deberán hacerlo sin antisemitismo. Y quienes desde una identidad religiosa o atea quieran denunciar el terrorismo de Israel deberán hacerlo desde el más estricto antisionismo, que es incompatible por principio con la islamofobia, la judeofobia y el antisemitismo. Todas estas luchas están ligadas y van juntas. Es una lucha antirracista que asume la importancia del antisemitismo y la islamofobia como racismos inscritos en la historia, y que no se pueden diluir en consideraciones atenuantes de índole pseudo-ética. Todos los racismos son históricos, pero no es pertinente equiparar históricamente el racismo con los chinos, o sinofobia, por poner un ejemplo, con el antisemitismo o la islamofobia, al menos en Europa. Son fenómenos suficientemente dispares como para que no se confundan por pereza intelectual. De hecho, el antirracismo es un combate permanente contra la ausencia de pensamiento. En el fondo, la reacción de Merkel merece elogio porque ha demostrado que sigue pensando, que sigue estando viva. La situación del resto de dirigentes europeos es por contraste un estado letárgico que no merece sino el rechazo, la condena y la denuncia. Wa Allahu akbar.
Estimado Abenyusuf,
Pido la venia sólo para comentarte que creo que vas demasiado lejos atildando de neonazis a tanta gente.
Asímismo, reducir todos los conflictos a un par de nombres («espansión sionista», «antisemitismo»…) creo que es fascista.
No me gusta leer tanto odio en tus palabras, y me da igual cómo lo justifiques.
Un abrazo.
Estimado Búfalo
Claro que no se puede llamar a diestro y siniestro a la gente nazi, neonazi o antisemita, pero el caso del Papa Benedicto XVI no tiene «perdón de Dios». Aprovecho para subrayar que a raíz de la conversación telefónica que tuvo con él ayer Angela Merkel quizás ella se quedó satisfecha, pero yo no. Yo seguiré denunciando hasta que se expulse del seno de la Iglesia Católica al obispo Williamson.
Me permito recordarte que hace unos seis años, en 2003, te escribí una carta en la que mostraba mi profunda pena y mi inndignación por ver cómo los cheijs de Al-Azhar emitían fetuas para legalizar la bomba atómica, y cómo esa actitud contrastaba profundamente con la del Papa Juan Pablo II, que sin ambigüedades denunciaba la guerra de Irak. Muchas cosas habrá hecho mal ese Papa, pero nunca me olvidaré de esa postura histórica, que siempre me merecerá todo el respeto. Por lo tanto no creo que mi opinión esté marcada por una intransigencia de siempre y una incapacidad de distinguir dentro de la Iglesia Católica, o dentro del islam.
Y finalmente, me gustaría que no me llamaras fascista, porque no me hace gracia, y no lo soy. Lo que denuncio, «expansión sionista» y «antisemitismo» es algo que está a la orden del día, no me lo invento yo, ni me hace ninguna gracia tener que denunicarlo, pero es que los responsables de denunciqarlo no lo hacen. No lo hacen, como tampoco denunciaron lo que pasó en Gaza.
Por cierto, ahí no te vi comentar el odio de mis palabras. Y si te da igual cómo lo justifico, es que te da igual mi opinión, algo que lamentablemente está más allá del alcance de mis competencias.
Saludos.
Abenyusuf, no quiero abundar en batallas sobre nomenclaturas, sabes que, en mi postura relativista, difusa y transparente (ergo, Postmodernista), todos tienen una razón por la que actuar (más o menos digna), y es tan fácil odiar.
Una cosa está clara: de ningún modo estoy en tu contra, sólo espero que el odio no te ciegue y que todavía queden flores detrás de cada trueno. In sha’l-lah.
Un abrazo muy fuerte.