Bismilah al rahmán y rahim
El comentario de Búfalo, una joya de comentario, me recuerda algo de lo que estoy no poco orgulloso, le invité a él y a muchas más personas a abrir un blog. También estoy orgulloso de haber participado desde el principio en la aventura monedista, una aventura bloguera. Y aunque facebook me parezca genial, al final un comentario para introducir una noticia no es tan bueno como una entrada de blog, que le puedes meter una foto de un cuadro que no tenga nada que ver, como la de hoy, un cuadro del pintor suizo Hodler, sacada del Musée d’Orsay, porque he leído la noticia de la exposición en España de parte de su colección. Además, por una razón que aun no conozco, creo quelos canales ed noticias están recibiendo las entrdas un día después de su publicación, lo cual no deja de ser interesante, porque así declino con mayor placer seguir la actualidad. Escribir como un guerrero pero con retraso. Escribir sobre libros que aún no he leído, escirbir en castellano en Galicia pero con un apoyo decidido a la plataforma Queremos Galego y a Carlos Callón. Yo sé muy bien lo que hago. Ahora, por ejemplo, leyendo Aires da miña terra de Manuel Curros Enríquez, estoy descubriendo un autor con un enorme dominio de la métrica más precisa y lírica. Es cierto que la influencia de Claudio Rodríguez Fer también me ilumina mejor los antecedentes. Nunca un poeta me ha demostrado tan bien la posibilidad de ser preciso y actual, emocionante y valiente como este autor. Pero no me quiero extender más, porque las cosas más importantes aún no han llegado. Preparo una escirtura propia de un blog situjihadista. ¿Por qué situjihadista? Porque las razones situacionistas y la disciplina del yihad, jihad, o situjihadista, me dan unas armas onsospechadas por los antiguos. Hacer la revolución con un blog, como un guerrero de verdad, con toda la fuerza de la espada metamorfoseada en teclado. Un buen ordenador, esa es la maravilla más grande del siglo XXI. Felicitaciones de nuevo a la Junta de Andalucía, miles de andaluces se van convertir en los nuevos héroes del eco-comunismo radical que deseó con todas sus fuerzas el gran Daniel Bensaïd.