El maestro monedista dejó escrito en unos apuntes:
Cuando escribas una historia, no pienses en los que la leerán ni en si alguien la leerá, concéntrate en lo que quieres escribir por la temática o la intención precisa y premeditada, y si te parece que el primer resultado es absolutamente banal, cambia y mezcla, pero no te atrevas a inventar detalles inverosímiles, así no harás malas comparaciones.