Cuando uno se pone a pensar en las consecuencias de tantas lecturas
aprecia algún día que esos cancioneros, castellanos o provenzales
y las filosofías del universo unido por su Dios, así como por la Iglesia
y hasta los nuevos reader’s digest de nuestros tiempos, los best-sellers con clase
acumulan efectos secundarios sumamente reaccionarios -purezas, embargos, corsés-. Y sin embargo
esas lecturas reaccionarias y en el fondo caducas, contienen en su metáfora
fundamental de tejido vegetal semántico que se diluye en el sueño mental
un orgullo subversivo que vulnera las leyes del capitalismo del espectáculo.