Trataré de distinguir unos puntos básicos: una idea de cosmopolitismo se reduce a sí misma a su parodia cuando se realiza en versiones de exotismo terminal, la acumulación por ejemplo de temáticas cursis (padre separado de sus hijos, amor a América, etc.), venganzas del mundo de los sentimientos en una inmediatez ultratécnica, reyertas y saltos acrobáticos, escenas jamesbondianas en el siglo XXI. Para evitar eso en la construcción de ficciones que exploren lo real sometido al cerco de la sugestión capitalista, la anulación de los condicionantes citados es una premisa mayor. Los resultados deben poseer el poder de decisión en todo momento, y participar rápidamente en el gran salto hacia el realismo subversivo.