Acabo de ver hace un rato la primera parte del programa de rtve 59 segundos, la parte dedicada a entrevistar a Ramón Jáuregui, y salgo encantado de saber que por fin hay un comunicador nato hablando en nombre del gobierno de España. Jáuregui es directo, claro, articulado, sincero, astuto y rápido. Es un político inteligente y muy trabajador, que se sabe los argumentos del PSOE y el gobierno de Zapatero sin que por ello se abstenga de reflexionar por sí mismo y en voz alta, y eso se nota al escucharlo. Ha sabido machacar sin aspavientos la postura suicida políticamente y socialmente del PP, encarnada en la estupidez de Santamaría, y también aún más grave en la declaración antológica de la bobaliconería de Esteban González Pons consistente en poner en duda la veracidad de los datos económicos presentados por el gobierno. Jáuregui exigió una rectificación.
Diplomático, elegante con PNV, CiU y Coalición Canaria, y sin dejar de tender la mano al PP pero sin alimentar retóricas falsas, se permite además el lujo de elogiar a Montilla mientras asume la victoria de CiU como un dato con el que ya están contando y trabajando, admitir el bochorno de las promesas mitineras y hacer un ejercicio de análisis certero sobre la autonomía del PSC, defender el trabajo realizado por Moratinos con respecto al Sáhara y la libertad de movimiento de la prensa aquí y en Marruecos. Ramón Jáuregui está blindado por una seriedad sin pose que le permite explicar hasta como una forma de responsabilidad más allá de la política lo que son ajustes económicos del gobierno que tienen un coste político palpable. Con él en el gobierno, la capacidad de reacción se ve ampliamente reforzada, y me siento más cómodo para reafirmar que un hombre así puede darle al país la estabilidad política que España necesita para acabar bien la segunda legislatura de Zapatero, lo cual no es poca cosa.
Creo que me voy a divertir muchas veces si él se anima a responder más a menudo a programas de entrevistas en la televisión pública, costumbre que ya tenía, pero no como miembro del gobierno de primera fila. Con él, con Rubalcaba, que también tiene buenas capacidades, y con Elena Salgado, que impresiona por su calma sabia para negar los bulos de los mercados, Zapatero puede encontrar apoyos que impulsen su trabajo al frente del socialismo real del siglo XXI. Ánimo a los cuatro.