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Baena queertés

De la introducción al Cancionero de Baena (principios del siglo XV):

«todos en fin, porque todos eran poetas, cuando arrimada la lanza escribían sus metros y canciones, olvidaban los afectos, odios y pasiones, que en realidad los animaban y conmovían; olvidaban las armas, las guerras y los hechos de caballería, para expresar en conceptos metafísicos y alambicados un amor afeminado y bastardo

 

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La multiculturalidad islámica y su mímesis de la Umma

I. El jardín-ser

1. De la unidad de Al·lá no se desprende una uniformidad de la cultura islámica. Esa es tal vez una de las verdades más evidentes y menos operantes en el siglo XXI. Todo tiende a presentarnos un determinismo no ya fundamentalista, sino culturalista, que se encarna en la semántica mediática del islam y que, sin base alguna en la realidad vivida no ya solamente por los millones de musulmanes sino por todo lo que podamos entender como realidad histórica de nuestra época, domina el storytelling del mundo, entre burkas, mezquitas en llamas y 11 de septiembre’s todos los días.

2. La victoria de Obama en 2008 ha evidenciado en los Estados Unidos una posibilidad de alternativa que lleva una década cobrando peso frente al mito de la unidad cultural del islam, aquí en España, o si se prefiere en al-Andalus, entendido como territorio del pensamiento andalusí contemporáneo. Esta posibilidad de alternativa es tan artificial como la propia postmodernidad, pero no menos prometedora que cualquier vanguardia que haya recorrido y sembrado frutos en el siglo XX: dadá, el surrealismo, los situacionistas y, más cerca en el tiempo, el colectivo francés Tiqqun. Lo que Obama encarnaba de oxigenante en 2008 para el panorama político estadounidense está representado en Europa por una pluralidad de artistas, pensadores y activistas que se identifican con el islam desde su individualidad y contra el Bloom, lo que Tiqqun define como el Stimmung de nuestros tiempos, la convergencia dominante del Espectáculo y el Biopoder.

3. No debemos caer en la tentación de reducir el pensamiento andalusí contemporáneo a un nuevo averroísmo, por muy atractiva que pueda resultarnos esa propuesta. Porque ni Averroes es un filósofo de la técnica que pueda darnos instrumentos para pensar el capitalismo desde la ética islámica, ni la influencia de Averroes en el feminismo islámico agota todo lo que éste supone en términos de visibilidad de la construcción positiva de nuevas identidades basadas en una ética islámica de la hermenéutica progresista. Averroes, Ibn Rushd, no es ni el abuelo juez de la ciudad ideal ni el nieto filósofo de la agenciación de libertades en la metrópolis cosmopolita del Nexus andalusí. Como mucho, es el muñeco en llamas del viaje dantesco por los círculos de la narratividad del western eterno, entre guerras (Irak, Afganistán, Gaza, etc.) y de entreguerras (lo que comienza en 1979 con la victoria de Thatcher y acaba en 2008 con la victoria de Obama).

4. El modo de vida halal no es tanto la observación ritualista de consejos futbolísticos y censuras puritanas soft, como la articulación diaria de una práctica basada en un ecologismo integral (deep ecology), una sexualidad reencantada por la fidelidad conyugal y la armonía familiar, y un liberalismo social tan alejado del marco farmacopornopolítico como cercano al cosmopolitismo del facebooking, de las redes sociales en general y de la amistad clásica entre pares ciudadanos. No es casual que la revitalización a la que asistimos en nuestros días de los modelos de producción agraria, energética y cultural sostenibles coincida con la internacionalización de las empresas más punteras en el campo de la producción halal. Isabel Romero, responsable del Instituto que certifica los productos halal, fue precisamente invitada por la administración de Obama para que compartiera su experiencia con otras empresas emprendedoras que marcan el rumbo hacia una economía sostenible cuya implementación general el siglo XXI no puede seguir postergando.

5. En una Europa que destaca en el panorama internacional como espacio de cohesión social basado en un Estado de Bienestar que, a pesar de las dificultades provocadas por las crisis de origen neoliberal, es todavía el mejor marco para desarrollar modelos de convivencia, la presencia de millones de inmigrantes musulmanes es contemplada bajo un prisma amenazador por unas sub-élites conservadoras que no nos parecen representativas del sentir real de la ciudadanía. En efecto, cuando no hay una orquestación securitaria demagógica, como ha sucedido y sucede en Italia, Francia, Holanda, Suiza y se quiere provocar en Catalunya, la población ciudadana no solamente aprovecha el enriquecimiento del tejido social integrando a los nuevos inmigrantes conforme se asientan los que llevan ya en Europa varias generaciones, sino que también descubre nuevas formas de ser que no son ni las de los inmigrantes ni las que se conocían en el siglo XX. Estas formas de ser son evidentes en lo que aquí llamamos el marco hermenéutico de al-Andalus, donde confluyen comunidades rurales de las Alpujarras, familias del cinturón barcelonés, jóvenes de Rianxo y estudiantes nacidas en el Magreb asentadas en París. Pero son también las formas híbridas de ser del coreográfo belga de origen marroquí, de los periodistas especializados en productos financieros islámicos o halal con apellidos pakistaníes y de los diputados alemanes con familia en Turquía o con vínculos estrechos de cooperación con los movimientos asociativos sufíes de la cuenca del Rín.

6. Los pensadores andalusíes contemporáneos más destacados tienen en buena parte una filiación común marcada por el trabajo seminal de reconstrucción de al-Andalus del maestro Haŷŷ Abderramán Maanán. Ya sea en la obra plástica Hashim Cabrera, en la epistemología de los monoteísmos y chamanismos del niponólogo y experto en haikús Abdelmumin Aya, en la vertiente más militante del blasinfantismo anticapitalista, en la internacional del feminismo islámico de Ndeye Andújar y Abdennur Prado, en la respiración acompasada de las hadras en la Zawiya de Sevilla, ya sea en los latidos de cada una de mis frases, encontramos los acentos melillenses de quien acometió, casi en solitario, la traducción y divulgación de las azoras mecanas más influyente de las postrimerías del siglo de la Revolución Rusa, Auschwitz, Mayo del 68, el jomeinismo postmaoísta y el ADN.

7. Al-Andalus como meseta del PAC (Pensamiento Andalusí Contemporáneo) es también la sierra del anti-PAC (Política Agraria Común) de la UE, la resistencia-para-bandolera del árbol de olivo frente a los olivares-industria-holding de la Castellana, la hermenéutica de las aleyas del agua frente a las autopistas del agua del Levante, la propedéutica de las charlas andalusíes frente a las stories identitarias neo-fascistas. Al-Andalus como red rizomática de saberes es la contraposición exacta del haya europeo que ha descrito con acierto Camille de Toledo. El autor de Punks de boutique, El Bosco al revés y Vidas y muerte de un terrorista americano ofrece la imagen del banyan surasiático del postcolonialismo como alternativa al haya, árbol de la tristeza mnémica tras los crímenes que presenció el abedul. Nosotros vemos en las flores de los arrayanes de las nawriyyat andalusíes una imagen más fresca y embriagadora de lo que puede ser el futuro.

8. Dice Ibn Zaydûn en versión de Mahmud Sobh:

aún en Arruzafa brotan muchas flores muy sonrientes

en sus almunias tan regadas por las nubes abundantes;

¡cuán hermosos jardines de diversión que en su sombra

todavía nos escancian vino de locura los obsequiantes!

9. El criterio halal debe ser el motor del ser-máquina sentimental que artificialmente se construye a sí mismo afectivamente, socialmente, espiritualmente. Somos esclavos de Al·lá como el vino es esclavo de la uva y la uva de la parra y la parra del jardinero, pero somos los jardineros de nuestro jardín-ser en el jardín ontológico de la biotécnica que nos constituye. Por eso no se trata de remar con los fundamentalistas en la afirmación de las raíces, sino de florecer en las almunias según los criterios de la agricultura ecológica. Es decir, sostenibilidad, diversión y «prohibido prohibir», frente a las lógicas neuróticas de la haramización, el romanticismo de la violencia y la pulsión de muerte. Porque es mucho más que el horror producido por los crímenes de Al Qaeda lo que debemos conjurar entre todos; sin retóricas de las malas hierbas y las erradicaciones, de los plaguicidas y los ciclos frigoríficos, nos enfrentamos ciertamente a una desertificación que necesita ser frenada con medidas urgentes de fertilización: cultura en la tolerancia, educación para la ciudadanía, reconocimiento de las multiculturalidades y coordinación de las estrategias de I+D+i.

10. El criterio halal es el sistema de preguntas que la conciencia va creando para seguir manteniendo activa la máquina del jardín-ser. Una vez que la psicología individual se familiariza con la halalidad, las situaciones creadas son pasos prometedores de nuevas situaciones. No la sucesión pasiva de estímulos como película, sino la prolongación de la ebriedad creativa en la deriva del poeta que nombra todo aquello que admira, todo aquello que ve o su ebriedad le hace ver.

II. Mudanzas del sujeto en la noche

11. La Yihad es el espejo exacto del fundamentalismo republicano de los Estados Unidos. La victoria de Obama es también la derrota de Osama Bin Laden. Eso es algo que los fundamentalistas de todas las vertientes no quieren reconocer en toda su importancia. Que los Estados Unidos tengan un presidente que marca otra vía diferente al fatalismo deprimente del bushismo es sin duda una mala noticia para muchos que prefieren sea donde sea seguir la senda del machismo, de los nacionalismos, de los discursos de la amenaza y la economía entendida como violencia.

12. El terrorismo yihadista tiene la capacidad de segar muchas vidas y matar sin piedad a seres humanos de forma especialmente cruel. Es un terrorismo que ha sido descrito como internacional, y no es falso decir que, efectivamente, los yihadistas han conseguido sembrar el terror en todo el planeta. Lo peor que podemos hacer en estas circunstancias es tener miedo de estos terroristas, o pensar que conviene no perseguirlos, juzgarlos y condenarlos. Tampoco podemos sucumbir ante la tentación de procurar construir una tregua. Ahora bien: no lograremos derrotar al terrorismo yihadista con guerras coloniconvencionales como las que conocemos hoy en Irak, Afganistán y Gaza. Los países europeos deben reinventar su política exterior para que Occidente sea un aliado para la paz, en vez de un obstáculo. Cuanto más se prolongan éstas y las guerras en general, más se enriquecen las industrias de armamento y más se empobrecen las retóricas de lo común. Descubrimos que nuestros vecinos son paquistaníes, argelinos, marroquíes o iraquíes y acabamos teniendo miedo de los que siguen siendo y seguirán siendo nuestros propios vecinos. Pero ese miedo es el fruto de nuestra falta de comunicación, pues en cuanto los conocemos personalmente aprendemos a diferenciar a cada individuo y a racionalizar la amenaza (o no) que podamos sentir. La proliferación del miedo en la sociedad europea es un fenómeno más inquietante si cabe que el desarrollo brutal de la islamofobia. Me refiero aquí a las mujeres suizas convencidas de una amenaza de banalización del burka, de burkalización de la calle. Me refiero al habitante de banlieue que votó a Sarkozy, pero no a Le Pen ni nunca lo haría por el viejo racista, y sí repetiría por el pequeño chovinista. Al-Andalus es para las personas europeas que viven este miedo no un jardín, sino el bosque de columnas de la mezquita de Córdoba: Respeto, silencio, y acorde con la decoración de la catedral barroca incrustada, anulación del yo. Y eso da miedo.

13. Para que Mansur Escudero pueda rezar en la Mezquita-Catedral de Córdoba, ha tenido que pedir permiso a la Iglesia Católica, que se lo ha denegado. Pero lo sorprendente es que la ciudadanía no sabe si apoyar a Mansur Escudero o si burlarse de él, para no tener que darle la razón a la Iglesia Católica. Estamos ante un ejemplo clarísimo del malentendido que provoca la evocación de al-Andalus para la ciudadanía española y europea en general. No ya los famosos malentendidos sobre el archislam (la religión islámica, la cultura islámica, el islam, la vida islámica, etc.) hasta la saciedad (y el agotamiento de cualquiera), sino del malentendido entre vecinos por el uso de la fuente. ¿A quién debe molestarle que Mansur Escudero rece en la Mezquita? ¿Qué noche ha invadido el recinto cordobés, que el sujeto perdido recorre aterrorizado por las sombras del pasado? ¿Qué mudanzas debe emprender para descubrir que la amistad, la fuente del pueblo, y la fertilidad del agua pública no tienen precio?

14. La mezquita que se ha pretendido construir en la zona cero de Nueva York se llamaba Cordoba, en un márketing del andalusismo que fracasó, una vez más, por sus connivencias con wahabismos kuwaitíes, lo cual no deja de ser desolador. Que la mezquita no se construya. Que los wahabíes puedan recurrir tan fácilmente al andalusismo de pacotilla sin que la respuesta aquí se haya apenas oído. Y que el PAC (Pensamiento Andalusí Contemporáneo) no haya tenido ninguna posibilidad de influir en la batalla como voz oficial de la política exterior europea, y más concretamente española, en este episodio. Los vínculos apenas comienzan a ser eficaces entre Junta Islámica, la Generalitat de Catalunya y ahora el Ministerio de Igualdad sobre el feminismo islámico. Pero es que el feminismo islámico debería ya estar en las agendas de todas las políticas europeas de cara a su acción exterior en África, Asia y el mundo árabe. La postura republicana de rechazar la mezquita Cordoba en la zona cero de Nueva York es la más tardía de las victorias de Bush y Osama Bin Laden. Esperemos que sea una de las últimas.

15. Dice Muhámmad: «Id a buscar la ciencia hasta en China».

16. El amor no es el valor que debe regir nuestras relaciones sociales, sino el respeto. Para amar ya tenemos bastante con los seres más queridos, o simplemente con uno mismo. Al-Andalus no es por tanto la utopía del amor sino la ultratierra del cuidado. Las ideas sobre el islam como cultura de la paz popularizadas, entre otros clichés, por las traducciones de islam como paz no pueden en ese sentido ser más equívocas. Claro que el islam se opone a la guerra, pero no porque sea violenta, sino porque es destructiva, ciega, absurda. Hay violencia en el islam: contra la ignorancia destructiva. Los terrorismos islamistas destruyen en el mundo lo que el islam más aprecia: la urbanización, la socialización, la puesta en común de las riquezas en el mercado simbólico de la ciudadanía. Al-Andalus es más que un espacio rural, es sobre todo un espacio urbano, pero eso sí, con suficientes jardines y parques como para que la ciudadanía piense su día a día como jardinero.

17. Mehdi Flores, Abdennur Prado, Camille de Toledo. Un toque de perfume recorre los nombres de los pensadores andalusíes contemporáneos.

18. Nunca se repetirá suficientes veces que, mal que pese a los fundamentalistas, la riqueza de al-Andalus era el fruto de la conjunción de varias culturas, identidades y religiones, como de varias tradiciones de pensamiento técnico de la ciudad, de la ciudadanía: la democracia griega, la queertesía de Bagdad, la topología de la traducción de la Escuela de Toledo.

19. Al-Andalus no es el territorio de ninguna reconquista islámica política, geográfica o demográfica, sino el espacio artificial que el ser-máquina, el sujeto sentimental, el jardín-ser atraviesa en las mudanzas de su agenciamiento como viajero en la noche del alma. Ni la enésima resurrección de un proyecto camufladamente islamista, ni la desterritorialización absoluta de la macdonalización, ni el storytelling de las raíces nacionales, el territorio contractual de al-Andalus flota como el céfiro que recorre el jardín al atardecer. Oculto en los poemas, en el arte, en las utopías tazísticas, el esplendor de al-Andalus se permite florecer sin pedir permiso más que al fluir incesante de las propuestas y las situaciones. No hay Medina ni Meca que lo valga.

20. A partir de ahora, me referiré a pensadores andalusíes contemporáneos musulmanes o no musulmanes, españoles o extranjeros, con el propósito de señalar la pluralidad de al-Andalus, y desmentir el mito de la uniformidad cultural islámica, que solo es una mitopoyética culturalista con derivas fundamentalistas. En la multiculturalidad islámica se puede apreciar una tensión mimética cuya energía se plasma en al-Andalus para representar la Umma, pero no entendiendo la Umma como la comunidad fundadora y primigenia de Muhámmad, sino como la Umma multicultural compuesta por los millones de musulmanes en el planeta hoy en día. Las mudanzas del sujeto en la noche son las moradas del ser-jardín en las cartografías del islam plural, en tres o cinco continentes, en los siete mares, en 189 naciones, en millones de pueblos, ciudades y grandes urbes. Al-Andalus es el anhelo y la expresión de esa Umma reflejándose idealmente aquí y ahora, en el espacio escrito del deseo de convivencia de los ciudadanos.

III. El más allá de la mansedumbre

21. Tenemos, todos tenemos un problema con el salafismo, pero además los ciudadanos tienen derechos, que aunque no les gusten a otros han de ser respetados. El auge del salafismo en Catalunya es real. Mezquitas salafíes reciben a musulmanes de muchos países diferentes, pero este falso cosmopolitismo se genera porque ellos se refuerzan mutuamente en oratorios que son espacios únicos de defensa y seguridad frente a la hostilidad de buena parte de la población vecina, y demasiadas veces, de las autoridades locales. Cuando las vías de la integración se bloquean para colectivos determinados, éstos se autoexcluyen no ya del espacio imaginario de un al-Andalus, sino del espacio social español, europeo en su sentido más prosaico. Acción: alcalde prohíbe, dificulta la apertura de nuevas mezquitas. Reacción: la mezquita existente se masifica, se densifica. Contrarreacción: alcalde cierra la mezquita existente. Situación final: clandestinidad mayor de la práctica del islam en Lérida/Lleida, cuya representatividad pasa a estar en manos de los salafíes de forma soterrada y sin alternativa.

22. Si la vergüenza es un sentimiento revolucionario, reflexión atribuida a Karl Marx, estamos haciendo de los fundamentalistas y salafíes, en concreto en la inmigración, los revolucionarios del nuevo siglo. Pero la revolución que esa gran vergüenza prepara no augura nada bueno ni para al-Andalus, ni, de paso, para España o Europa. Si los inmigrantes musulmanes practicantes pudieran decir lo que sienten, si los salafíes del proletariado en nuestra sociedad pudieran levantar la voz en la esfera pública, los problemas de su día a día se nos aparecerían como llagas en la piel de la ciudad. Pero no queremos ni ver ni oír, ni a los andalusíes ni a los salafíes, y esperamos que todo se arregle por la vía de la policía, la multa y la prohibición. Haram, burka, velo-gates y una multiplicación de pequeños roces. Que a la larga desgarrarán el tejido de las calles, de las discusiones, de los hogares.

23. El caos violento de las banlieues francesas no es una maldición caída sobre los franchutes por su ¿demostrada? antipatía, sino el resultado de un incendio que el nacionalismo y la islamofobia se han encargado de alimentar. Claro que es una violencia de débiles contra los más débiles, como denuncia Vaneigem, claro que es un caldo de cenizas que el sistema político no está dispuesto a alterar. Por eso sus réplicas en Catalunya, pronto, y también, por poner al caso, en Madrid algún día, pueden servirnos de avisos para lo que no nos podemos permitir: la repetición de las guerras de Granada, la celebración neomedievalista de la Reconquista. O nos disponemos a nombrar otras alternativas o sucumbimos ante la fatalidad de lo anunciado por los más catastrofistas. El teatro de nuestras luchas-remake tiene ya los guiones de la mañana de tambores. No merece la pena, a estas alturas, aprendernos de memoria lo que ya sabemos que tenemos que decir: sin respeto a los derechos humanos de todos, y de los extranjeros concretamente, caeremos en el regazo asesino de la Virgen de las Guerras.

24. Para ponerse en forma contra los cruzados, un tal Hisham Arquero, un hors-PAC, en un texto polemista brevísimo más pesado que constructivo (1), sostiene que los «conatos explicatorios» occidentales son «absolutamente ajenos al universo concreto cuya singularidad se intenta descubrir.» ¡Venga alguien y lo despierte! Un universo concreto. Ni más ni menos que fuera de al-Andalus, cuya dimensión es más pequeña, y abarcable, solo con zapatos, en los libros, sin telescopios hacia los firmamentos de la concreción. Porque la muerte se apodera de sus «civilización universal», de la grandilocuencia de sus «ideas-fuerza», del fundamentalismo que «cimenta» su singular «comunidad musulmana». No hay espejo con la muerte porque ya no hay vida en ese tono tan antimarxista que recoge lo peor del marxismo, como de hecho también le pasa, pero por otras razones, al neoliberalismo.

25. La reivindicación del colectivo «ser andalusíes» por Hisham Arquero no puede ser más engañosa. No hay al-Andalus posible en su universo concreto del islam, no CABE en su monotonía nada más que un monoteísmo. «Por mucho que se niegue, el andaluz sigue sintiendo el Islam, lo lleva dentro, le resulta inevitable». No haya nada más fabricado que el islam andalusí que podamos construir, artificialmente sentido, contra este andalusismo de pacotilla que se llevaría a rastras a todas partes.

26. Dice Abdel Karim Soroush, citado en francés por Jean Daniel: «el islam es una serie (suite) de interpretaciones del islam como el cristianismo es una serie (suite) de interpretaciones del cristianismo.» Es decir, al-Andalus es una suite hermenéutica de la multiculturalidad islámica, nuestro viaje de mudanzas en la noche de las identidades nos debe llevar al jardín-ser de la creación de situaciones, a la mímesis de las variaciones que Arquero quiere ver en su unidad mansa. Una suite musical implica variaciones, y una suite andalusí flores de todas partes, con sus propias risas. Como en la música, en al-Andalus se avanza hacia nuevas sonoridades. Pensar esas sonoridades es la tarea de los andalusíes, seres definitivamente sin raíces.

27. La ilaha il·la Al·lá, Muhámmad rasul Al·lá. Una frase del desarraigo, de la celebración de la técnica frente al impulso de muerte. Un limpiar la tierra (No hay más dios que la razón instrumental) para acoger al otro (Muhámmad como el que no viene sino de parte del que no está ni se le espera, que celebra la nexicidad de la razón instrumental) y para perfeccionarnos mutuamente en el diálogo. Porque la técnica ES precisamente el sentido del esfuerzo. No hay ninguna excusa para no atender lo que se explica tan sencillamente: tenemos que perfeccionarnos a nosotros mismos sin falsas jerarquías anuladoras. El capitalismo libera recursos pero agrava desigualdades. Un pensamiento que no produzca una predisposición al esfuerzo en la técnica ni generará situaciones ni protegerá contra los fundamentalismos. Y de ahí a los oscurantismos más rancios solo hay un pequeño paso que ya han dado los salafíes, los wahabíes, los que hacen de la barba un mero signo de Allâh, Allah, Al-lah, Al-lâh, Alá, Dios, etc.

28. Lo bueno de un grupo es estar fuera. Solo el conocimiento de lo que uno piensa favorece que uno pueda entrar y salir cuantas veces quiera en todos los espacios diferentes que deben ser nuestros territorios para derivas de la creación, del paseo y la amistad. Las TAZ son tan importantes en solitario como en grupo, cabría decirle a Hakim Bey, aunque tal vez él mismo ya descubrió, en estos años, que no hay buen amigo que sea tan generoso como el silencio de la biblioteca que deja pensar y escribir.

29. La ruptura con las raíces fue buena para la primera Umma, y lo es también hoy en día para la Umma, ya sea la difusa en el mundo con los millones de musulmanes o la Umma concentrada por su mímesis andalusí.

30. La ruptura con las raíces nos lleva a una utopía más allá de la mansedumbre que representa un aire fresco en el aire viciado de los fundamentalismos. Como el hachís, cuando viajó con los sufíes hasta llegar a todas las esquinas de la cultura del salón, precedente perfecto y simbiótico de la cultura de los cafés, lo que se quiere entender como una posibilidad de Europa, el libro debe circular en manos de los andalusíes como seña de identidad de los que no temen encerrarse para leer. Dice el Corán: Lee. Es una de las pocas órdenes que merece la pena obedecer en su sentido literal.

IV. Boda en Chauen de hacha y huevo

31. El PAC (Pensamiento Andalusí Contemporáneo) y Tiqqun comparten su carácter literario. Más que tierras, bibliotecas. El PAC no tiene fronteras geográficas, o están segmentadas en tantos enclaves que no se pueden trazar. Tiqqun es una idea de reparación, de rectificación, dentro del contexto específico del judaísmo. Si existiera una ciudad andalusí, sería Chauen, donde alrededor de las casas blancas se extienden los campos de cannabis. Si existiera una ciudad sefardí, sería París, donde la deriva de los situacionistas reinventó el Éxodo.

32. Un fondo de nihilismo habita el pensamiento andalusí contemporáneo, una forma de limpiar las tradiciones occidentales, las dialécticas filosóficas hasta lograr la verdad, malezas del jardín-ser, y un intento de abrazar la sabiduría china de la agilidad que ha descrito pertinentemente François Jullien. Ese nihilismo peculiar andalusí de la contemporaneidad es como un hacha que despeja conceptos para establecer una cartografía de saberes no enmarañados. Al mismo tiempo, no es una mera destrucción de lo ya pensado porque no quiere sembrar. El hacha de Chauen se compagina con la armonía de la forma ovoide. Penetra en la realidad de forma aerodinámica, sin dejar semillas, pero cargado de futuro, hacia la fertilidad.

33. La memoria de los libros escritos en al-Andalus, en Sefarad, en la Hespaña medieval, es una boda del hacha contra los debates pasados y del huevo del pensamiento del futuro. Novia y novio descienden las calles soleadas de Chauen hacia la fiesta cosmopolita de la biblioteca nupcial.

34. Cuando esperamos un desenlace feliz, la impaciencia nos impide concentrarnos en la importancia de recibir la noticia con serenidad. La virtud del andalusí reside en su preparación para lo bueno y lo malo con igual ánimo.

35. Hay una tradición del PAC que nace con los hippies que, en vez de ir a la India, fueron desde España y Europa a Marruecos. También se produjo en los años 80 y siguientes décadas del siglo pasado un romanticismo específicamente andaluz, islámico y new-age que se cristalizó en comunidades de las Alpujarras. Lejos de querer olvidar ese periodo, es preciso reivindicarlo. Es el antídoto contra cualquier tentación elitista, virtual, que pretenda despertar y revitalizar el nefasto debate entre campo y ciudad.

36. Los andaluces pueden sentirse orgullosos de Andalucía sin tener que pensar en al-Andalus. No hace falta recurrir a esa época para pensar, vivir y amar Andalucía. El andalusismo suele pecar de kitsch. No es ni estético ni creativo, es a menudo restauracionista, cursi y falto de intuiciones.

37. La cultura andalusí del Norte de África es patrimonio de los respectivos países. Hay un fondo de colonialismo en diversos intentos de des-marroquinizar, des-argelizar o des-tunecizar la música andalusí, la cultura de esas ciudades. El Pensamiento Andalusí Contemporáneo no es ni debe ser una operación de márketing para crear un turismo de ricos que descuide la realidad social, política y cultural de los países magrebíes.

38. La hermandad entre los andalusíes es la hermandad panarabista sin la grandilocuencia nasserista, es la hermandad europea sin la arqueología malsana del juedocristianismo, es la hermandad panislámica post-islamista, es la hermandad del sionismo sin supremacismo judío, es la hermandad de la hermenéutica sin texto obligatorio.

39. Al-Andalus y Palestina son dos caras de una misma moneda. Pero allí donde Palestina es pesadilla, al-Andalus quiere ser sueño. Allá donde Palestina es colapso, al-Andalus quiere ser agilidad. Siempre que Palestina se sumerge en la desolación, al-Andalus promete otra vía. No hay al-Andalus para los seguidores de Al Qaeda, ni para los de Hamás. No hay Palestina tampoco para ellos, o no debería, ni para los ocupantes israelíes, pero sí para los andalusíes israelíes.

40. La obra de Ibn Arabi es tal vez el núcleo exotérico del pensamiento contemporáneo de al-Andalus, porque es el mayor exponente del pensamiento clásico andalusí. La obra del poeta Ibn Sahl, es, en contrapartida, el núcleo esotérico de pensamiento andalusí contemporáneo, porque su poesía está aún queriendo decir todo lo que dice.

V. Ibn Sahl, el queertés andalusí

41. El poeta Ibn Sahl de Sevilla es un poeta judío y musulmán. Sevilla es además de la capital de Andalucía la ciudad que dio su cultura híbrida al poeta de la queertesía andalusí. Ibn Sahl escribió una poesía en árabe que no discurre por la ontología de los sufíes ni por el realismo de los moaxajeros. La poesía amorosa de Ibn Sahl está dedicada a un joven judío llamado Musa. Después de amar a Musa, escribió poemas para otros mecenas, en Ceuta, y para un chico llamado Muhammad.

42. La queertesía es la cortesía queer que precede a las cortesías europeas y les da su forma, aliento y sentido. Es absurdo pensar que el erotismo de Catulo no merece las alabanzas que se suele reservar para los trovadores. Pero igual de absurdo es pensar que la poesía de Abú Nuwás no es igual de importante que la de Catulo. Sin mencionar la poesía erótica queer en la corte de Bagdad no se explicaría ni al-Andalus en el pensamiento contemporáneo ni los desarrollos de la cortesía en Occidente. No se explicaría nuestra cultura europea.

43. La queertesía es el origen del fenómeno de la moda que nace en Europa en torno a la mitad siglo XIV, pero ese origen andalusí no es mencionado por Gilles Lipovetsky en su estudio sobre la moda como evolución de la cortesía medieval (2). La sofisticación, el esfuerzo por perfeccionar la seducción, el carácter híbrido de la atracción como fuente de conocimiento y de desconocimiento son los objetivos que trata de alcanzar el poeta queertés transitando en las mudanzas del sujeto en la noche que invade el jardín-ser. La base del criterio queertés comparte con el eje halal la querencia por lo efímero de un destello de la rosa, la pasión por la fertilidad de situaciones que creamos en el jardín de lo común.

44. El saber hacer del poeta queertés, y de Ibn Sahl en concreto, se aprecia en el erotismo prácticamente desprovisto de obscenidad. Porque en la metáfora erótica se esconde lo que diferencia nuestra cultura de la pornografía. La pornografía no solamente es una pantalla de los abusos de las redes de prostitución. La pornografía es una claudicación, un derrotismo de nuestra propia capacidad de imaginar la sexualidad. El auge de la pornografía firma nuestra falta de poesía, de queertesía, de saber hacer en materia de amor y sexo.

45. Ibn Sahl se hizo musulmán para los judíos, y siguió siendo judío para los musulmanes. No sólo porque algunos musulmanes no lo aceptaran como musulmán, sino porque evitó romper con el judaísmo, o complacer a los curiosos que le preguntasen si era realmente musulmán. O tal vez rompió con el judaísmo, pero sin que eso supusiera romper con la cultura judía. Aunque escribió placenteramente toda su poesía en árabe, si es cierto que como se ha escrito compuso un poema en hebreo, estaríamos ante un poeta que entendía su cultura como doble. Igual que debería entenderlo el andalusí, por lo menos una cultura doble. Y si es posible todo lo híbrida que su anhelo de perfección pueda conseguir. La multiculturalidad islámica debe ser con el criterio halal el hecho fundacional del andalusí, sea o no musulmán, y su capacidad de mimetizar los matices de la Umma en su cotidianidad el vector de la proliferación de situaciones enriquecedoras, queerteses, artificiales. Un cosmopolitismo doméstico que lo haga sentirse cómodo con sus vecinos de todo el planeta.

46. Ibn Sahl murió ahogado, doblemente humillado, como amante y como judío; «la perla regresó al mar», dijeron. No, Ibn Sahl no era duro y redondo como una perla, sino ágil, dinámico y polifacético como un jardín-ser. Los andalusíes debemos cargar con la humillación doble de ser amantes y judíos. Vivir un islam que remita a la destrucción del judaísmo europeo. Al musulmán que describió Agamben en Auschwitz. Y debemos estudiar el jardín-ser como amantes que deben cuidar el marco de sus seducciones.

47. La poesía andalusí es el espacio de traducción virgen que los arabistas han poco a poco comenzado a explorar, es el tantas veces evocado jardín secreto. Sin embargo, el andalusí no debe limitar su hermenéutica a lo que los poetas andalusíes clásicos denotaban, sino ampliarla a todas las connotaciones contemporáneas de esta y cualquier otra poesía. Rechazo al arabista que quiere entender al-Andalus sin apreciar en su justa medida, sin conocer a Warhol. Desprecio al musulmán que ve en al-Andalus una posibilidad de revancha contra Occidente.

48. Ibn Sahl, en su tragedia maravillosa que le hizo ser precursor de la sabiduría de Proust y del malestar en la cultura de Freud, emprendió una tarea loable. Hizo de su doble religión un juego de posibilidades siempre al límite entre la sofisticación manierista y la irreverencia sapiencial. Debord decía que era un estratega, y no cabe duda de ello al apreciar la meticulosidad de sus comentarios sobre el espectáculo. De Ibn Sahl diremos que es un espía pacifista, siempre entre lo enemigos para engañar a la guerra. En todas las guerras de hoy faltan espías pacifistas.

49. Los nacionalistas del andalusismo más primario prefirieron el boato de la grandeza de Ibn Arabi a la ambigüedad del poeta Ibn Sahl. Ya es hora de que en al-Andalus crezcan más flores y menos iluminaciones. En al-Andalus queremos películas, no bombillas.

50. Tras el fenómeno del cine 3D, el Espectáculo sólo podrá ofrecer el acoplamiento de sensaciones olfativas. La halalidad es ante todo un arte de la cocina halal, donde se combinan los cinco sentidos de forma mucho menos espectacular, y mucho más nutritiva.

Notas:

(1) Acerca del Islam, Universidad islámica internacional Averroes de al-Andalus, Yama’a islámica de al-Andalus, Córdoba y otras ciudades andaluzas, s. f., págs. 5 y 6.

(2) L’empire de l’éphémère. La mode et son destin dans les sociétés modernes, Gallimard, París, 1987, págs. 29-44.

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Queertesía: la cortesía en clave queer

Queertesía: la cortesía en clave queer

Juan Asís

La cortesía, tal y como se ha estudiado y enseñado en las universidades y otras estructuras académicas, ha sido un bastión antiestructuralista de romanistas, medievalistas y arabistas que pretendían, y siguen pretendiendo aún en parte sus élites dentro de sus redes de influencia y poder, mantener firmemente dentro de las premisas intactas del romanticismo tardío y las fronteras de su interpretación decimonónica y veladamente puritana. Pero, por su misma centralidad en la cultura, la cortesía es más que susceptible de verse asaltada por una revisión y relectura radicalmente alternativas y socialmente exigidas por la propia revolución postmodernista de las ciencias humanas: el anticapitalismo.

El Quijote queer: del Quejote al Queerote

Tanto por su centralidad en la cultura hispanoamericana como por su universalidad, la gran obra de Cervantes El Quijote sentencia su inevitable colusión con la revisión y relectura queer de la cortesía, la queertesía, en detrimento por supuesto de la interpretación capitalista hegemónica. Lo queer está en el centro del Quijote como el Quijote en el centro de la cortesía y la cortesía en el centro de la cultura. Y sin embargo el ente queer es el margen sistemático de cada uno de dichos círculos epistemológicos, autoritarios, normativos, defensivos del capitalismo. Dentro y fuera de la cortesía, el hombre queer más concreto e irreductible es, a su vez, el archiexcluido y autoexcluido de la norma y la cultura, sin dejar de ser él mismo la encarnación más libre y más determinada de la cultura y la norma. La singularidad del Quijote resiste ante cualquier comparación con otro personaje cultural, y ni siquiera su pareja Sancho Panza se explica a sí mismo y a todo personaje con la misma rotundidad. El Quijote es diferente de cualquier otro personaje y contiene parcialmente lo universal de todos los demás. Más allá de su virtualidad literaria, lo queer del Quijote es lo queer de todos y cada uno de los seres humanos. El Quijote resume ontológicamente lo queer del ser humano. El Quijote es por tanto la ontología del queer.

El Quijote, o la antología del queer.

El Quijote, la antología del queer

Las multitudes que recorren las páginas del Quijote siguen las aventuras del hidalgo como los lectores múltiples construyen su cultura en el espejo de las palabras que formula Cervantes. Cervantes no supo crear tantos personajes perfectos como Shakespeare, pero sí consiguió sintetizar un maestro queer susceptible de guiar a las multitudes hacia su liberación introspectiva y emocional. Cervantes se parece más a Avicena, cuando el médico compone un canon para la salud integral de todo el ser humano en cuerpo y alma, que a Shakespeare, a pesar de las confluencias históricas entre los dos genios contemporáneos de la modernidad. La violencia de los personajes de Shakespeare no alcanza en Cervantes la misma intensidad, porque la violencia de Quijote no es más que una: la resistencia. La ira, el ímpetu, el arrojo y la inconsciencia del Quijote no son sino variantes menores de su resistencia a morir sin la dignidad salvaguardada de su ontología incondicional. La resistencia es el camino, y las retóricas de la queja y el goce las rosas de bordes. El Quijote es el que se queja como un quejica que resiste las cien, mil humillaciones de sus prójimos y de su superyo, en aras de alcanzar la felicidad para él y para quien le siga. Sus aventuras, sus pasos, sus quejas, son las enumeraciones fantásticas de las mil y una velas del camino nocturno del alma. Pero como el Quijote no es un profeta, su cuerpo no responde del impulso purificador, sino que se obstina más que el alma: no llega al orgasmo, a la meta, al resultado. En ese sentido, su queja es nuestro goce, y el Quijote es el creador de su propia condición de hiperquejica, el Quejote.

Quijote hiperquejica: El Quejote

De la queja al goce hay menos distancia gracias a la cultura. La terrorífica anulación de la mujer en lo que algunas han calificado como el ginocidio contemporáneo no debe en ningún caso autorizar a nadie para culpabilizar al hombre en tanto que ser de sexo masculino. Lo único justo es luchar contra el género masculino capitalista en todas sus formas, concentradas o difusas, fundamentalistas o ligeramente románticas. La violencia de género es la violencia del capitalismo a lo humano. Solamente una revolución anticapitalista pondrá en pie los nuevos templos de lo sagrado, el cuerpo que goza y se queja a voluntad. Revolución económica para la multitud y revolución cultural para el cuerpo. Economía del goce y cultura de la queja, queja de la economía y goce de la cultura. El Quijote anuncia en sus aventuras la posibilidad de ese mundo que vislumbramos en el anticapitalismo radical, asambleario, cibernético, postmoderno, vividor. El cura a Dorotea (Q. I.28): “Lo que vuestro traje, señora, nos niega, vuestros cabellos nos descubren, señales claras que no deben de ser de poco momento las causas que han disfrazado vuestra belleza en hábito tan indigno, […]”. Poco esconde la mujer disfrazada de mozo, de joven, que no sea su sexualidad expansiva, ya que su dolor y su extrema belleza son otros trajes de los motores pasionales de su personaje que irán desvelándose solamente en su debido momento. La teatralidad de su aparición combina la queja de sus palabras y la voluptuosidad de sus rasgos presentados ante los furtivos voyeuri. Queja y goce, aunque sea para los demás (el cura, el barbero y Cardenio, y nosotros lectores), aunque el goce sea lo único que compartamos realmente y a su pesar. Sus quejas son nuestro goce, el goce nos viene con sus quejas, nuestro disfrute se cumple con la exhibición seductora de su dolor.

La exhibición del dolor o queja, tópico seductor involuntario

Temáticamente, los amores de los personajes secundarios del Quijote poco contienen ya de los modelos arcaicos del amor antropológico sin endulzarlos con sentimentalismo oriental, piénsese en Bollywood, desfigurados además por su secuenciación en episodios más o menos amenos. No son sin duda lo más valioso del Quijote. En casi cada una de las intervenciones del propio Quijote, las reglas del amor cortés son más nítidas, quizás por la fuerte personalidad de Cervantes. En esto mismo nos recuerda Cervantes el tono decidido del tratado sobre el amor y los amantes de Ibn Ḥazm, el Tawq al-Ḥamāma. “Cuando Ibn Ḥazm emprende la redacción del Collar de la Paloma,” escriben Brigitte Foulon y Emmanuelle Tixier du Mesnil, “la cultura árabe ya ha producido varias obras centradas en este tema. Entre estas, tres tratados son cosiderados fundamentales. El más antiguo es la epístola de al-Ŷāḥiẓ llamada Sobre el amor y las mujeres (Al-Risāla fī l-cišq wa l-nisāʾ). Está a continuación el Libro de la Flor (o Libro de Venus: Kitāb al-Zahra) de Ibn Dāwūd al-Iṣfahānī, jurista bagdadí muerto en 907, fundador de la doctrina ẓāhirí profesada por nuestro autor. El tercero de estos tratados, por fin, es más tardío, puesto que se trata del Libro de los secretos protegidos del amor [sic] (al-Maṣūn fī sirr al-hawā al-maknūn), de Ibrāhīm al-Ḥuṣrī, autor de Ifrīqiya muerto en 1012 [sic; Ibn Jalliqān ofrece la fecha de 413 /1022, pero también señala que Ibn Bassām fechó su muerte en el año 453/1064, vid. IBN JALLIKĀN : Wafayāt al-acyān, trad. inglesa de Slane, vol.1, p. 34]. Indudablemente, Ibn Ḥazm se sitúa en una relación de continuidad con sus predecesores, a pesar de que la única alusión explícita concedida a dichas obras sea aquella en la que declara estar retomando los postulados platónicos del Libro de la Flor, cuya paternidad atribuye en cambio a Ibn Dāwūd. Cabe sin embargo perfectamente pensar que el autor cordobés se inspiró todavía más en el tratado de Ibrāhīm al-Ḥuṣrī, cuya superación debió imponerse a sí mismo, dado el clima de emulación reinante entre los letrados andaluces [sic] y los de Ifrīqiyaii.”

Emulación y humillación: el palomo en el collar

El Collar de la Paloma organiza e impone las reglas del bien amar a la belleza con el collar de la sumisión, somete a ley de Dios la juventud dominada y bella en los cuerpos amordazados, doloridos, excitados. El cuerpo del joven es como una flor escogida, cortada, paseada, lucida, manoseada, apretada, y finalmente tirada con el agua de lavarse. Esta misma semántica del ceñimiento está explícita en las moaxajas, las muwaššaḥāt, composiciones estróficas en árabe clásico, sustantivo formado de la raíz wašaḥa que indica ceñir el cuerpo con un cinturón, o adornarlo. La plasticidad del cuero se une a la canción en una fórmula desarrollada con especial profusión en al-Andalus. Literalmente, el estribillo ciñe las estrofas, los órganos son situaciones engarzadas por una misma contricción no exenta de placer y deseo. El cuerpo perseguido, ese oscuro y luminoso “objeto del deseo”, se vistirá pues de cielo y estrellas, de piedras, agua, manzanas y vino, para recitar mansamente los gemidos agenciados por una música propiamente de nómadas deslumbrados en palacios ajenos ganados con sangre y rezos. Su encadenamiento es sensiblemente multiforme, tortuoso, escurridizo también. El cuerpo del poema estrófico no se nos ofrece con la unanimidad y la domesticidad del cuerpo admirado e imitado por ambos sexos, como al contrario se aprecia claramente en el primer retrato del Duque de Nemours, al comienzo de la novela de Madama de La Fayette (1672) La princesa de Clèves (La Princesse de Clèves), que retrotrae la época de la acción un siglo antes, durante los últimos años del reinado de Enrique II de Francia:

«[…] ce Prince estoit un chef-d’œuvre de la nature ; ce [ 15 ]qu’il avoit de moins admirable, estoit d’estre l’homme du monde le mieux fait et le plus beau. Ce qui le mettoit au-dessus des autres, estoit une valeur incomparable, et un agréement dans son esprit, dans son visage et dans ses actions, que l’on n’a jamais vû qu’à luy seul ; il avoit un enjouëment qui plaisoit également aux hommes et aux femmes, une adresse extraordinaire dans tous ses exercices, une maniere de [ 16 ]s’habiller qui estoit toûjours suivie de tout le monde, sans pouvoir estre imitée, et enfin, un air dans toute sa personne, qui faisoit qu’on ne pouvoit regarder que luy dans tous les lieux où il paroissoit.

Ce prince était le chef d’œuvre de la nature; ce qu’il avait de moins admirable, c’était d’être l’homme du monde le mieux fait et le plus beau. Ce qui le mettait au-dessus des autres était une valeur incomparable, et un agrément dans son esprit, dans son visage et dans ses actions, qu’on n’a jamais vu qu’à lui seul; il avait un enjouement qui plaisait également aux hommes et aux femmes, une adresse extraordinaire dans tous ses exercices, une manière de s’habiller qui était toujours suivie de tout le monde, sans pouvoir être imitée, et enfin un air dans toute sa personne qui faisait qu’on ne pouvait regarder que lui dans tous les lieux où il paraissait

(Este príncipe era una obra maestra de la Naturaleza; lo que tenía de menos admirable era el ser el hombre mejor hecho y más bello del mundo. Lo que lo ponía por sobre los demás era un valor incomparable y tenía un encanto en el espíritu, el rostro y las acciones que jamás se vieron sino en él. Tenía una amenidad que gustaba igualmente a los hombres y a las mujeres, una destreza extraordinaria en todos los ejercicios, un modo de vestir que en seguida era copiado por todos, pero que resultaba inimitable, y en fin, un aire en toda su persona que hacía que sólo se lo mirara a él en los sitios en que se presentaba.)

(trad. de Vicente Clavel)

El Duque de Nemours encarna un claro prototipo de personaje unívoco, calificado sabiamente como un “espléndido tête à claques” por Philippe Lançoniii. Un cuerpo confirmado y azotado por la mirada de sus admiradores como una cara herida por las tortas: un guaperas repelente cuya chabacanería exteriormente elegante bien se merecería a veces una bofetada. El consenso crea una pareja donde el cuerpo homosocial solo convoca la disposición de la armonía, de la simetría sexual, de los géneros simbióticos, cerrados y entregados, como se aprecia en la escena de la expectación general del primer encuentro del Duque de Nemours con Madame de Clèves, descrita por Mitchell Greenberg como un claro ejemplo de subjetividad absolutista (“absolutist subjectivity”)iv:

«Lorsqu’elle arriva, l’on admira sa beauté & sa parure ; le bal commença, & comme elle dansoit avec Monsieur de Guise, il se fit un assez grand bruit vers la porte de la Salle, comme de quelqu’un qui entroit, & à qui on faisoit place. Madame de Cleves acheva de danser, & pendant qu’elle cherchoit des yeux quelqu’un qu’elle avoit dessein de prendre, le Roi lui cria de prendre celui qui arrivoit. Elle se tourna, & vit un homme qu’elle crut d’abord ne pouvoir être que Monsieur de Nemours, qui passoit pardessus quelque siege, pour arriver où l’on dansoit. Ce Prince étoit fait d’une forte, qu’il étoit difficile de n’être pas surprise de le voir quand on ne l’avoit jamais vû, sur tout ce soir-là , où le soin qu’il avoit pris de se parer , augmentoit encore l’air brillant qui étoit dans sa personne ; mais il étoit difficile aussi de voir Madame de Cleves pour la premiere fois, sans avoir un grand étonnement. Monsieur de Nemours fut tellement surpris de sa beauté, que lorsqu’il fut proche d’elle, & qu’elle lui fit la reverence, il ne put s’empêcher de donner des marques de son admiration. Quand ils commencerent à danser, il s’éleva dans la Salle un murmure de louanges. Le Roi & les Reines se souvinrent qu’ils ne s’étoient jamais vûs, & trouverent quelque chose de singulier de les voir danser ensemble sans se connoïtre.

Lorsqu’elle arriva, l’on admira sa beauté et sa parure ; le bal commença, et comme elle dansait avec monsieur de Guise, il se fit un assez grand bruit vers la porte de la salle, comme de quelqu’un qui entrait, et à qui on faisait place. Madame de Clèves acheva de danser et pendant qu’elle cherchait des yeux quelqu’un qu’elle avait dessein de prendre, le roi lui cria de prendre celui qui arrivait. Elle se tourna, et vit un homme qu’elle crut d’abord ne pouvoir être que monsieur de Nemours, qui passait par-dessus quelques sièges [sic] pour arriver où l’on dansait. Ce prince était fait d’une sorte, qu’il était difficile de n’être pas surprise de le voir quand on ne l’avait jamais vu, surtout ce soir-là, où le soin qu’il avait pris de se parer augmentait encore l’air brillant qui était dans sa personne ; mais il était difficile aussi de voir madame de Clèves pour la première fois, sans avoir un grand étonnement. Monsieur de Nemours fut tellement surpris de sa beauté, que, lorsqu’il fut proche d’elle, et qu’elle lui fit la révérence, il ne put s’empêcher de donner des marques de son admiration. Quand ils commencèrent à danser, il s’éleva dans la salle un murmure de louanges. Le roi et les reines se souvinrent qu’ils ne s’étaient jamais vus, et trouvèrent quelque chose de singulier de les voir danser ensemble sans se connaître.»

(Cuando llegó causaron admiración su belleza y su tocado. Comenzó el baile, y como ella debía bailar con el señor de Guisa, se produjo bastante ruido hacia la puerta de la sala, como si entrara alguien a quien se hiciera lugar. La señora de Cleves acabó de bailar, y, mientras que buscaba con los ojos a alguien para tomarle de compañero, el rey le gritó que eligiera al que acababa de llegar. Se volvió, y vio a un hombre, que creyó desde un principio que debía ser el duque de Nemours, caminando por encima de unas sillas para llegar al sitio en que se bailaba. Aquel príncipe estaba de tal suerte hecho, que era difícil que una mujer no se sorprendiera al verle, por vez primera, sobre todo aquella noche, en que el cuidado con que se había vestido aumentaba el brillo de su persona. Pero era también difícil ver a la señora de Cleves por primera vez sin sentir gran admiración. El señor de Nemours quedó tan sorprendido de su belleza que, cuando estuvo cerca de ella y le hizo la reverencia, no pudo dejar de dar muestras de su admiración. Cuando comenzaron a bailar se produjo en la sala un murmullo de ponderaciones. El rey y las reinas recordaron que ambos no se conocían y les pareció cosa singular verlos bailar juntos sin conocerse.)

(trad. de Vicente Clavel)

Los dos cuerpos que bailan son dos epifanías de la juventud archiafirmada en un instante mágico, pero también dos cuerpos anulados por su extrema definición. La trabazón semántica de la sorpresa, el extrañamiento y la singularidad no debe llevarnos a engaño, ya que, en su astucia sutil, no nos repite nada más que la inevitable previsibilidad de los sentimientos y la banalidad de su belleza. El baile sella los movimientos nulos de la aproximación frontal al otro sexo, derrota pasional mucho más ordenada por la Naturaleza que encendida por la posibilidad de seducción. Significativamente, es el propio Rey quien dicta, ordena, “grita” a la recién casada Madama de Clèves que “elija” y que tome fatalmente al distinguido guaperas en sus inocentes brazos de princesa. “Lo que resulta llamativo y emblemático de esta escena”, prosigue Mitchell Greenberg, “es que pueda servir como la “Urszene” del deseo clásico, un deseo basado en la “visión” de una estricta separación entre sexos dentro de una simetría “naturalizada”.v” El orden hegemónico se disfraza de Naturaleza para imponer su forma despótica de concebir y narrar la belleza de los cuerpos de ambos sexos, con la ayuda inestimable del antiqueer, el guaperas. Aún así, y parafraseando libremente a Raymond Tallis, como todo intento de “falsificación consciente o deliberada de la realidad”, la ficción del cuerpo antiqueer danzando arrastra con las mangas su condición artificial (“artefactual status”), fracasando de esta forma como tal baile de salón en su sola finalidad de engaño, de falsificación hegemónica de un cuerpo coherente y apaciaguado, sin las contradicciones somáticas que solo se superan con la emancipación queertés del cuerpovi.

El antiqueer: el guaperas repelente

La belleza exultante e insultante, inmediata y evidente del guaperas carece de la queja en los gestos, giros y vueltas que señalan al cuerpo queer. La seducción de la queja y con la queja es improbable, equilibrada por su excepcionalidad. La multiplicación de metáforas y metonimias, de comparaciones y enumeraciones, apenas garantiza un mínimo resquicio de la atención del ser amado. Y sin embargo, ese resquicio es todo la esperanza que no podemos abandonar.

Notas:

i Cfr. SALVADOR J. FAJARDO: “Unveiling Dorotea Or the Reader as Voyeur”, Cervantes: Bulletin of the Cervantes Society of America 4.2 (1984): 89-108.

ii FOULON, B, Y TIXIER DU MESNIL, E., (2009): Al-Andalus, Anthologie, antología de textos, traducción y presentación de __ , Flammarion, París, p. 156: “Lorsque Ibn Ḥazm entreprend la rédaction du Collier de la colombe, la culture arabe a déjà produit plusieurs ouvrages centrés sur ce thème. Parmi ceux-ci, trois traités sont considérés comme fondamentaux. Le plus ancien est l’épître d’Al-Djâhiẓ intitulée De l’amour et des femmes (Al-Risâla fî-l-cišq wa l-nisāʾ). Vient ensuite le Livre de la Fleur (ou Livre de Vénus : Kitâb al-Zahra) d’Ibn Dâwûd al-Iṣfahânî, juriste bagdadien mort en 907, fondateur de la doctrine zâhirite professée par notre auteur. Le troisième de ces traités, enfin, est plus tardif, puisqu’il s’agit du Livre des secrets préservés de l’amour (al-Maṣûn fî-sirr al-hawâ al-maknûn), d’Ibrâhîm al-Ḥuṣrî, auteur d’Ifrîqiya mort en 1012. Ibn Ḥazm se situe indéniablement dans un rapport de continuité avec ses prédécesseurs, même si la seule allusion explicite concédée à leurs ouvrages est celle où il déclare reprendre les postulats platoniciens du Livre de la Fleur, dont il attribue toutefois la paternité à Ibn Dâwûd. Il y a néanmoins tout lieu de penser que l’auteur cordouan s’inspira plus encore du traité d’Ibrâhîm al-Ḥuṣrî, qu’il se devait de chercher à dépasser, vu le climat d’émulation régnant entre les lettrés andalous et ceux d’Ifrîqiya.”

iii Philippe Lançon, Sarkozy et la Princesse de Clèves (1): quand la galanterie régnait en France, en el suplemento blog de filosofía del periodico francés Libération, 6 de Mayo de 2009. http://philosophie.blogs.liberation.fr . Texto en francés antiguo de una edición de 1678. Para la traducción española, véase La princesa de Clèves de Madame de la Fayette, prólogo de Daniel Sueiro, traducción de Vicente Clavel, Estella (Navarra), Círculo de Amigos de la Historia, Salvat, 1973, y La princesa de Clèves de Marie-Madelaine Pioche de la Vergue La Fayette, introducción de Caridad Martínez, traducción de Ricardo Permanyer, Barcelona, Clásicos universales Planeta, Planeta, 1983.

iv MITCHELL GREENBERG (2001): Baroque bodies: psychoanalysis and the culture of French absolutism, Cornell University, Ithaca (Nueva York), 2001, p. 116. Texto en francés antiguo de una edición parisina de 1752.

v Mitchell Greenberg (2001 : 116): «What is strikingly emblematic about this scene is that it could serve as the «Urszene» of Classical desire, a desire predicated on the «vision» of a strict separation of the sexes into a «naturalized» symmetry.»

vi RAYMOND TALLIS (1998): In defence of realism, University of Nebraska Press, Nebraska, 1998, p. 73 :»The various arguments against realism examined […] are centred on a common thesis: that realism overlooks the constructed nature of reality, presenting it, by implication, as objectively given rather than as the product of historical conflict and as coherent rather than riddled with contradiction. Conscious or deliberate falsification of reality, as in fantastical or romantic fiction, is comparatively harmless because the texts in question – and the worlds portrayed in them – wear their artefactual status on their sleeves. The distorted reality of realism, however, is potentially more dangerous.».

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El personaje Ibn Sahl (citándome por fin)

«Le personnage d’Ibn Sahl dépasse donc sa manifestation comme une des modalités ou topoï du discours antijuif ou judéophobe durant l’islam médiéval en al-Andalus, activé par certains biographes ou historiens pour décrire à chaque fois une situation où la présence de Juifs dans les sphères du pouvoir politique canalise dans un récit de la frustration la perception du danger pour l’islam en tant que religion, un royaume (p. ex. le Ziride de Grenade au V/XI s.), ou la société de façon plus abstraite (cf. Brann 2002: 117), et dépasse aussi, bien entendu, le cadre général négatif des périodes antérieures, de persécutions et d’hostilités, notamment des Almoravides et des Almohades, des massacres, spécialement à Grenade en 459 (= 1066) et durant le califat de Abd al-Mu’min, des discriminations ponctuelles et conversions forcées en masse, des exils en Egypte et Palestine et dans le Nord chrétien, à Tolède, Saragosse, et même jusqu’en Provence, du statut légal inférieur et, en somme, de la condition adverse des Juifs en terre d’islam (cf. Bernard Lewis, discuté par Aberbach 2007: 40-41 ; Roth 1994: 107 sqq. ; Schippers 1994: 70). Il ne s’agit pas pour Ibn Sahl d’un processus d’acculturation d’un Juif qui, suite à la politique almohade de désintégration culturelle des minorités religieuses, “oublie” le judaïsme et l’hébreu pour exceller dans la poésie arabe, une assimilation parallèle à sa conversion à l’islam (Drory 2000: 173-4, note 18 ; López y López 2007: 106), mais d’un poète qui, indépendamment de sa foi mais non de son origine et éducation juives, maîtrise parfaitement la composition poétique en hébreu et en arabe, suivant en réalité le modèle de tous les grands poètes juifs d’al-Andalus durant les trois siècles précédents, mais démontrant davantage une attitude plus courageuse, hétérodoxe, intéressée et créative pour cette double culture, au point que seule sa poésie arabe lui donna toute sa notoriété, […].»

Texto completo en pdf descargable en (FRA.M.ESPA).

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Lectura en Toulouse (actualización: anulada)

Anunciado en Calenda, con fuente en FRAMESPA:

Séminaire

Al-Andalus Hispaniae

13 mars 2009 (salle D31) de 9h30 à 12h00 :

Juan Palao (univ. Saint-Jacques de Compostelle) : Le parcours d’Ibn Sahl : exil et esprit de fin d’époque arabo-andalouse

Yann Dejugnat (Casa de Velazquez) : Les voyageurs andalous et Bagdad (XIe-XIIIe siècles)

Toulouse (31)

Maison de la recherche, Université Toulouse II-Le Mirail,
5 allée Antonio Machado
Salle D31

Copio el comunicado del presidente de la Universidad Toulouse II – Le Mirail :

Communiqué de la présidence


Suite aux événements du lundi 9 mars, l’université est fermée.

De graves incidents se sont déroulés dans le bâtiment de l’administration centrale ce lundi 9 mars après-midi.

Des étudiants ont envahi la salle du conseil et les locaux de la présidence, après en avoir défoncé portes et cloisons, choquant fortement les personnels présents.

En conséquence, le campus du Mirail dans sa totalité sera fermé, à compter de mardi 10 mars 8h30, et ce jusqu’à nouvel ordre.

Des informations vous seront communiquées dans le courant de la journée sur le site de l’université.

Le Président Daniel Filâtre

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Carlos Alvar y Jenaro Talens me han humillado

«[…]  Jenaro Talens y Carlos Alvar

Locus amoenus, lugar de solaz, a la orilla de un riachuelo, escanciados los ánimos y el gaznate con algún caldo de la tierra y unos buenos versos. Locus amoenus, paraíso en la tierra, paraíso por horas y título también de un libro que transpira sosiego, que es una tentación: «Locus amoenus. Antología de la Lírica Medieval» (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores), cuya primorosa y exhaustiva edición ha corrido a cargo del poeta, traductor y catedrático de Literaturas Hispánicas Jenaro Talens, y de Carlos Alvar, catedrático de Literatura Española Medieval y destacado filólogo.
«Con esta obra, hemos pretendido escapar de esa tópica visión de que en la lírica medieval sólo existe la lengua castellana, aunque más de la mitad del libro se dedique a ella. En aquellos siglos, España era aún una entelequia y queríamos ver y dar cuenta de la variedad y la diversidad enormes que existieron», explicó Talens. «Es cierto -apostilló Carlos Alvar-, como a la propia gente de entonces le gustaba decir, la época medieval era un crisol de culturas, un mezcla enriquecedora».
Por eso, están representadas en la «Antología» todas las líricas que alimentaron la poesía peninsular. Por orden de aparición: poesía en latín, árabe, hebreo, mozárabe, provenzal, galaico-portugués, castellano y catalán, todas ellas en versión bilingüe. «Locus amoenus», ese lugar de paz, ese lugar apacible, ese territorio que tan cristalinamente surca el arroyuelo de la poesía.» (ABC)

Me siento humillado por Carlos Alvar y Jenaro Talens. No les voy a escribir personalmente porque llevan mucho tiempo sin responderme a otros mensajes, y no les voy a acusar formalmente de nada, pero me han humillado. Cuando acabé Filología Árabe en Sevilla en 2002, me fui a Ginebra a realizar una tesis sobre Ibn Sahl y la lírica europea. Mi director designado fue Charles Genequand, con quien acordé investigar las modalidades de la poesía amorosa árabe, el prólogo amoroso o nasîb y el gazal. Tras aprobar difícilmente una memoria sobre cuatro tendencias del gazal, el udrí, el ibahí, el taqlidí y el shaabí, y precisar cómo Ibn Sahl era un representante perfecto del gazal taqlidí, acordé con mi co-director de tesis Carlos Alvar trabajar todas las demás líricas peninsulares y corteses, y también se propuso y aceptó que Jenaro Talens fuese presidente de mi Jurado de tesis, motivo por el cual le tuve informado de mis avances. Cuando en 2006, mes de septiembre, presenté mi trabajo, éste incluía el mismo análisis apenas ampliado de los cuatro géneros del gazal, y sobre todo un repertorio de veintitantos tópicos, entre ellos por supuesto el «locus amoenus», agrupados dentro de cada apartado por un criterio lingüístico-geográfico, pues no era político, sino con respecto a una lengua a nivel ya casi europeo. También incluía un esbozo de poética retórica común árabe y romance. Por supuesto, mi trabajo tenía muchas imprecisiones, errores, pero incorporaba en una misma visión la poesía árabe y las líricas romances, dando por superado implícitamente el planteamiento de la «tesis árabe», no por no ser cierta, sino por quedarse en un paradigma de influencia cuando se trata sin duda de un traspaso, un traslado integral. El caso es que en febrero de 2007, mis directores rechazaron en bloque mi trabajo, y salvo la actitud educada de Carlos Alvar, solo constaté un desprecio por todos los planteamientos en la forma y en el fondo. Pequeño detalle: mi trabajo estaba redactado en francés. En la reunión Carlos Alvar bromeó con Jenaro Talens y Charles Genequand sobre mi enlace entre lírica árabe y Corán, dando a entender que «efectivamente todo proviene en última instancia de Dios». Es decir, negando la conexión lingüística entre el Corán y la lírica árabe.

Mi humillación se produce esta mañana al leer en el periódico Público la noticia de la publicación de la antología «Locus amoenus«, realizada por Carlos Alvar y Jenaro Talens, que «recoge por primera vez la lírica producida en la Península Ibérica durante siete siglos»  Primero la sorpresa de que la antología incluye poesía árabe, se basa en criterios lingüístico-geográficos (eso sí, limitados a la Península Ibérica, lo cual es un error que el propio Carlos Alvar reconocerá si se le pregunta) y lleva implícito el planteamiento inclusivo de todas las líricas. Me parece estupendo, me parece oportuno, pero me humilla profundamente que hayan estado trabajando sin avisarme en un proyecto gemelo y pisando llanamente el terreno cuyo muro que lo encerraba en las salas frías de las bibliotecas universitarias tuve que derrumbar ante sus ojos, el de la visión eurocéntrica y separada de las vivencias líricas (cfr. la crítica de la separación de Guy Debord en «La société du spectacle«),  de la que seguro que sigue pecando esta antología, y apuesto una mano, mi mano. Reconozco que mi trabajo carecía de toda la visión que he ido enriqueciendo sobre la poesía árabe y su relación con la poesía hebrea, pero seguro que esta antología tampoco lo plasma en ningún modo, más allá de citar a los cuatro grandes poetas hebreos de al-Andalus, sin conexión con la lírica árabe. Y por supuesto, seguro que no se han atrevido a hablar de queertesía. No se atreverán nunca.

Nada más por hoy, creo que Carlos Alvar y Jenaro Talens me confirman por periódicos interpuestos todo el interés que tenía mi trabajo, sin reconocérmelo ellos académicamente ni personalmente de ninguna manera. Estoy convencido de que no habrá ni un solo fragmento que coincida con los que propuse yo, y que todo lo que mi trabajo demostraba de inexperiencia, torpeza y falta de rigor histórico habrá sido compensado por sus altas capacidades filológicas.

Mais le panache…

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Analogía de ‘Askarî entre la basmala y el nasîb en su carácter propiciatorio

Bismil·lâh al rahmán y rahim

Tanto un excelente comienzo de poema como las letras inciales de ciertas azoras, o la basmala, tienen como función transmitir una idea que todo el mundo aprueba, de forma tal que se suscite curiosidad con lo que vendrá a continuación. Así lo subraya, en su lectura del crítico clásico ‘Askarî, el filólogo Raymond P. Scheindlin, Form and Structure in the Poetry of Al-Muʻtamid Ibn ʻAbbād, Brill, Leiden, 1974, p. 17, que comenta como corolario:

«Though one may have reservations about ‘Askarî’s explanation of the presence of the letters prefaced to some Sûras of the Qur’ân and of the basmala, his conception of the opening of the qasîda certainly is in agreement with that of the Arabic criticism in general.»

Por mi parte, considero con especial interés este árbol clásico al cual poder recurrir para pensar la relación entre Corán y poesía árabe enraizado en los círculos más autorizados de la crítica clasicista. Resulta llamativa la naturalidad, próxima a la espontaneidad, de la analogía entre el lenguaje poético y el coránico. Y Al·lâh sabe más.

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Unidades funcionales en la poesía árabe arcaica


2007-04-Guzal 050

Cargado originalmente por christian_takoff

Bismil·lâh al rahmán y rahim

El nasîb es la parte que abre la casida árabe clásica. Varios arabistas han estudiado con mucho detenimiento sus características dentro y como parte de la casida, destacando la investigadora Renate Jacobi, de la Universidad de Berlín. A continuación reproduzco in shâ’ Al·lâh mi traducción de un intento de sistematización como unidades funcionales de los tópicos tradicionales de persona y de cosa:

«La función aquí indica la intención/propósito que una sección específica tiene en el poema. Para dar algunos ejemplos de una unidad funcional, uno puede referirse a la descripción del pelo y de los dientes que se expone con frecuencia en la poesía árabe arcaica. Está claro que los versos en los cuales el pelo y los dientes del ser querido son descritos funcionan a veces para expresar el deseo del amante por su ser querido, o excusar la situación psicológica melancólica en la cual se encuentra el amante. Por lo tanto, tales versos pueden ser agrupados juntos como dos unidades funcionales diferentes, llamadas, por ejemplo, “el deseo del amante” y “la situación psicológica del amante”. Se puede apreciar otro ejemplo de una unidad funcional en los versos en los cuales se mencionan las ruinas del viejo acampamento del ser querido. Un examen de estos versos revela que la noción subyacente detrás de ellos es expresar, indirectamente, la relación actual entre los dos amantes: están separados y distantes el uno del otro. Tales versos, por lo tanto, se pueden agrupar como unidad funcional que se puede llamar “la relación actual” (distinguiéndose de otra unidad funcional en la cual se presenta la relación pretérita entre los amantes). Una tercera unidad funcional puede ser considerada en los versos en los cuales el amante compara el dulzor de la saliva de la persona querida con la miel. Versos de este tipo expresan, directamente o indirectamente, el deseo fuerte del amante por su amado. Así, pueden ser agrupados como unidad funcional similar a la mencionada anteriormente (“el deseo del amante”) (Hussein, 2005: 75)».

Ali Hussein (2005): «An Analytical Division Of The Old Arabic Poem: A Suggestion for a New Method of Dividing and Analyzing the Old Arabic Poem with Application to a Text by Hassân b. Thâbit», en Journal of Arabic Literature, XXXVI,1, Leiden, 2005, pp. 74-103.

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Sabores nocturnos en la poesía de Abû Dhu’ayb


Sana´a

Cargado originalmente por Soqotra (Yemen)

Pongo aquí mi intento de traducción de cuatro versos del poeta árabe Abû Dhu’ayb al-Hudhalî (m. 649), contemporáneo del Profeta Muhámmad, que he sacado de un artículo en jehat.com, «The Traces of Song», pero o no he sabido captar bien los conceptos, o la traducción inglesa que propone el autor, Walid Khazendar, no se justifica plenamente en los versos que cita. Se trata de una alegoría de las palabras con la amada comparadas con la miel bien guardada.

Saber de ti, tener noticias tuyas, si fueras generosa en tus palabras
sería como cosecha de abejas en la leche de una camella madre.
Por mi vida, que eres de la casa a cuya gente entrego mi honor:
a su sombra y amparo me siento cuando cae el crepúsculo.
No es esa miel blanca, concentrada, cuyo dueño la proteje
en el alero de la casa, incapaz de subir y bajar,
más sabrosa que cuando vengo de noche,
ni más deseable, y los perros del sótano duermen.

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Sobre el nasîb en la poesía preislámica


Arabian Desert, near Dubai

Cargado originalmente por vamltd

«[…] debemos considerar el carácter específico de la poesía preislámica del amor, el tipo de poesía amorosa preservada como parte de la qasida. Es un hecho bien conocido que los poetas tribales hablan en el nasîb de un asunto de amor en el pasado, una relación que terminó hace tiempo o que está a punto de acabarse, ya sea por decisión de la amada o por la del poeta. No hay versos de cortejo, expresando la esperanza de una unión futura, sino solamente la conmemoración de la última felicidad. También se establece que los amantes pertenecen a las tribus vecinas que acampan juntos durante una estación en primavera, y están forzados a separarse cuando se marchan las tribus. Tengo la impresión de que debía ser fácil comenzar una relación, porque no había tiempo para el cortejo. Los amantes se unían rápidamente, puesto que sabían de antemano que el tiempo estaba limitado, y que su término era inevitable. Éste parece ser el problema principal al que los amantes beduinos tuvieron que enfrentarse, porque es el tema principal del nasîb. Cómo soportar la separación, cuando las emociones todavía están implicadas.» (Jacobi 1996: 28).

Citado y traducido de Renate Jacobi, (1996): «The origins of qasida form», en Qasida Poetry in Islamic Asia & Africa, 1: Classical Traditions and Modern Meanings, Stefan Sperl y Christopher Shackle (eds.), Brill, Leiden, pp. 21-34.

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