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Postpoesía, cine y tele en España-Marshall

Mil palabras para presentar la literatura de Manuel Vilas, Agustín Fernández Mallo y Juan Francisco Ferré son suficientes. Los tres escritores han alcanzado cierto éxito de crítica y público en España, editados por Alfaguara y Anagrama. Tienen una amistad compartida y varios puntos en común a la hora de escribir, la influencia de la televisión y los soportes visuales de la red (youtube, etc.), la apuesta por los lenguajes cinematográficos y la revisión crítica de las tradiciones literarias y estéticas del siglo XX presentada explícitamente por las obras mismas, y también de forma colateral, en ensayos, entrevistas y artículos de la prensa especializada, con su participación directa o no, en formato impreso o en blogs. Los tres tienen un blog activo por lo menos. La postpoesía es una forma de superar los corsés mentales que impiden que percibamos que un poema puede ser una valla publicitaria, y que sin embargo no nos advierten de lo anticuado de un poema formal, pero sin aspiraciones de ningún tipo. El ensayo de Agustín Fernández Mallo, Postpoesía, explora conexiones de la poesía por hacer o ya en marcha con la ciencia, o incluso demuestra que ciencia y poesía están más cerca estéticamente de lo que nunca se pensó desde la crítica literaria. También Manuel Vilas, en su novela Aire Nuestro, hace coincidir la poesía de la Generación del 27 con la fiesta deshinibida del paraíso de los inmortales de nuestro tiempo: Elvis Presley y Johnny Cash a la cabeza. En su novela Providence, Juan Francisco Ferré destapa en forma de diarios un gran experimento de videojuego donde el héroe puede ser terrorista, máquina sexual y profesor de cine en una universidad americana. España se americaniza de la mano de estos tres sus mejores escritores, y hay que celebrarlo, porque también los mejores escritores de Francia se giran hacia los Estados Unidos.

«¡Nos estamos acostumbrado al sueño americano!», cabría exclamar. No puede ser de otro modo cuando internet crece gracias al impulso constante de los diseñadores, informáticos y creadores de Silicon Valley, cuando el cine encuentra siempre y para siempre en las mejores películas de Hollywood de los cuarenta, los cincuenta y los sesenta una fuente inagotable de maestría en los guiones, en la fotografía, en la ingenuidad y la rapidez de las narraciones. No puede ser de otro modo cuando Obama es capaz de reinventar los Estados Unidos que Bush nos había acostumbrado a odiar, cuando las guerras de los marines crean la tensión necesaria para seguir enfrentándonos al horror moral del islamofascismo, lucha que tenemos que seguir llevando a cabo por solidaridad con los millones de musulmanes rehenes de los peores oscurantistas del salafismo. No puede ser de otro modo cuando Estados Unidos reinventa en sus series y en sus errores la gesta de la burguesía que Marx y Engels, en su honestidad intelectual, no hacían sino elogiar en las mismas páginas del Manifiesto Comunista. Ningún compromiso serio con la emancipación humana puede desentenderse de la lucha a muerte entre la burguesía internacionalista y las corporaciones nacional-capitalistas, que son hoy en día el núcleo duro de los fascismos en China, Irán, Libia o Corea del Norte. Las democracias europeas necesitan unirse a la democracia americana para vencer al Mal.

En Francia, Camille de Toledo publicó en 2007 Vidas y muerte de un terrorista americano, donde esta apuesta clara por los Estados Unidos como espacio estético era tan evidente como lo es en la novela citada de Manuel Vilas, en la de Juan Francisco Ferré y en la trilogía de Agustín Fernández Mallo, Nocilla Project. En la novela de Camille de Toledo seguimos en diferentes niveles o estratos de ficción las aventuras de Ted Kaczynski y Eugene Green, por un lado, la autoficción o memorias prematuras del autor de la novela con Eugene Green en París por otro lado, y finalmente el destino común de los terroristas de nuestra época en un campo de detención secreto de los Estados Unidos. Esta novela es la segunda entrega de la prevista Tetralogía Artificial, de la que también forma parte El Bosco al revés, publicada en Francia en 2005. Camille de Toledo presentaba en la primera novela un mundo invertido donde un personaje carismático en su desapego por los privilegios que da el poder, construye un imperio de los sentidos sexuales de escala internacional, Designing Desire, que debe enfrentarse primero a las corporaciones americanas de la industria farmacopornopolítica aunque una vez vestida ésta con la camisa de fuerza del éxito y vencida en el terreno del Espectáculo, se enfrenta entonces a la rivalidad desde fuera del sistema, representada por El Monje, un personaje misterioso que al reivindicar los desastres ecológicos reta a Designing Desire en el campo de batalla de la ciudad de Viena. En la novela, la división de la población vienesa entre las juventudes favorables a la castidad antisistema del Monje y las masas de la buena gente contraria a la alianza contra natura de la industria del Espectáculo americano y el partido del orden burgués, es decir, entre los demócratas de ambos lados del Atlántico, que a su vez quieren negociar una tregua con el Monje, acaba con el derrumbe del imperio de Designing Desire y la muerte de Eugene Green, la mitad del Monje. Así pues, la segunda novela es una precuela de la primera, pues descubrimos la adolescencia y hasta la infancia de Eugene Green en los Estados Unidos, que se entrecruzan en unas escenas muy cinematográficas con la vida real del terrorista más buscado durante muchos años en los Estados Unidos, Ted Kaczynski, alias Unabomber. La revisión de nuestras ideologías comunes desde que Reagan y Gorbachov estrecharon los lazos entre las dos potencias de la Guerra Fría, lo que Guy Debord llamó el Espectáculo integrado, es la noble tarea de los cuatro escritores, tres españoles y uno francés, que más y mejores resultados están obteniendo en el panorama de nuestra narrativa de cara a la segunda década del siglo XXI.

Juan Asís (Madrid, 1978), es traductor y poeta.

(La imagen de la portada del libro Providence de Juan Francisco Ferré está tomada del reportaje de libros del diario El País, del periodista Jordi Costa, 29/01/2010, «¡Apocalipsis en las librerías!«)

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La repetición de una escena de Coppola

Bismilah al rahmán y rahim

Uno de los recurso estilísticos más llamativos de Agustín Fernández Mallo en Nocilla Experience es la repetición del primer monólogo del capitán Willard, interpretado por Martin Sheen, en el comienzo de Apocalypse Now. Nada tiene de locura, efectivamente, adelantar una escena-pilar tantas veces como haga falta. Al principio será humorístico. Después adquirirá un cierto lirismo, como el que emplea Manuel Vilas con Elvis Presley o Johnny Cash. Pero después, al cabo de la quinta repetición, el monólogo adquirirá un poder taumatúrgico. Es como un rezo. El divorcio, la ciudad, todo lo que va contando desde el «¡Mierda!» inicial pasa a entrar en la categoría de la letanía pop. La cultura está cada vez más en manos de un mundo sentimental de referencias tardocapitalistas llenas a pesar de todo de una profunda humanidad irreversible. Creo ver en eso el acierto de la «narrativa Götenborg».

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Un vacío y una tensión

Bismilah al rahmán y rahim

Me parece muy bien que Vicente Verdú dude de los artistas  de tipo profesional/profesional y diga que ha llegado la hora del artista amateur, pero lo que realmente vuelve con fuerza es, una vez más, el arte proletario, y eso es así porque las tesis situacionistas no han perdido nada de su rigor y de su capacidad de incidir en lo que realmente importa, la revolución. Por eso, y con mucha simpatía y respeto, pienso que el amigo  Agustín Fernández Mallo se va a dar un susto tremendo cuando lo que para él era lo único reciclable de los situacionistas, la deriva y el desvío, vuelva con la multiplicación de la Red en un efecto mucho más totalizador. Porque lo total, el vacío holístico, no ha desaparecido, está escondido y en tensión. Se van a dar todos una sorpresa de cuidado. Se nos despistan algunos con fotos, o con chorradas, cuando lo mejor está por llegar. Por ejemplo, nadie puede aún determinar quién va a quemar la frontera con Gaza, pero será no solamente una gran acción política y artística, sino que va a dejar en pañales la estética de las explosiones tan hollywoodienses. Se acabarán las ciudades en llamas, vamos a ver como el desierto de Al Arish se abrasa y no con fuego, sino con una marea humana. Y no solamente me refiero a lo que pueda pasar en ese sitio, sino también a lo que pasará en cualquier ciudad. Una internacional de la energía humana está cuajando, y sus víctimas serán los ricos. Nadie dirá  que no los avisé por aquí, como los avisó Brecht, Alberti, Joseph Beuys, Marcuse y hasta Manu Chao. Lo clandestino retomará las riendas y lo oficial será cargo inculpatorio en el juicio de la vanguardia. E Italia será de nuevo un lugar propicio para el desarrollo del arte, de la buena vida, de la cultura y el comunismo.

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Un poco de réplicas y de islam-champagne

Répliques, por Alain Finkielkraut, en francés, emisión del 06-09-2008 – duración : 49mn, fuente: France Culture. El programa habla de la vejez -también en plural-, con dos ensayistas invitadas. No lo he escuchado hasta el final, pero el presentador se marcó alguna buena reflexión, por ejemplo sobre la edad única -juventud- en tensión con la propia biología. Las invitadas eran demasiado cursis para mi gusto.

Cultures d\’Islam, por Abdelwahab Meddeb, en francés, emisión del 07-09-2008 – duración : 49mn, fuente: France Culture. El invitado es Roshdi Rashed, el mayor experto en Al-Juwarismî, el inventor de la algebra (del álgebra), en Bagdad, a principios del siglo IX, en el seno de la gran Bayt al-Hikma, la institución patrocinada por el califa Al-Ma’mûn. A veces perdí el hilo, pero sobre todo a partir de la mitad del programa, el profesor contextualiza con Al-Jalîl, el fundador de la ciencia prosódica árabe y lexicógrafo, para situar el ambiente de gran indagación. También se contextualiza con mucha claridad las necesidades del floreciente fiqh, o derecho islámico, que a partir de las reglas coránicas sobre la herencia, reclama el desarrollo de la reflexión sobre las ecuaciones.

Afrancesamiento, una vez más. Porque sigo sin ver mucha gente que objetivamente y sin personalismos destaque más cerca, en España, donde uno de los pocos que se dan a conocer, y no siempre muy afortunadamente, es el valiente sentado Agustín Fernández Mallo, aunque a veces acierte.

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