De los GAL a los vuelos de la CIA, pasando por las Azores

Bismilah al rahmán y rahim

Nada parece inocente. El País ha desenterrado definitivamente el hacha de guerra el pasado domingo contra el gobierno de Zapatero, sacando a relucir un documento que demuestra el conocimiento exacto del gobierno de Aznar en 2002 de los vuelos secretos de la CIA con escala en España, y rumbo a Guantánamo, para transportar a detenidos que han sido y van a ser de nuevo torturados. El País señala evidentemente a Aznar y sus gobiernos, en los que están pringados señores tan elegantes como Josep Piqué, que este fin de semana , sin ir más lejos, recomendaba a Obama la lectura de Proust.

Pero a quien realmente la va a explotar esta crisis profunda de los cimientos del Estado es a Zapatero. Su ministro Moratinos, en quien ha puesto sistemáticamente toda su confianza, le ha hecho una jugada muy baja. Toda la credibilidad del gobierno está en juego, y no va a salir muy bien parada del proceso judicial en marcha, pase lo que pase a nivel de sentencia y responsabilidades. En efecto, clamar que «No, por supuesto», no sabe nada de estos vuelos de la CIA, a estas alturas, después de que ya en 2005 más o menos por estas fechas del año Moratinos compareciera en el Congreso de los Diputados para esclarecer estos vuelos, no nos muestra más que a un Zapatero como mínimo huidizo y poco convincente.

No merece la pena dedicarle muchas palabras a las declaraciones de Cospedal que, arremetiendo implícitamente contra el principio mismo de periodismo independiente y de investigación, protesta contra la puesta en peligro por la filtración del documento de la «seguridad nacional». La americanización de la derecha española es tan aguda que no se dan cuenta de que están avalando la lógica que impulsó la creación y protección de los GAL en los años 70, 80 y principios de los noventa para llevar adelante la guerra sucia contra ETA. Los GAL fue la tumba política de los socialistas y de González, que se libró de toda responsabilidad por falta de pruebas. Pero en este caso de los vuelos de la CIA sí hay pruebas, como el documento publicado por El País el pasado domingo, y sobre todo una foto muy nítida de los instigadores: el famoso trío de las Azores.