Las políticas agrarias y ganaderas están regidas por la Política Agrícola Común (PAC), a la que se dedica la mitad del presupuesto de la UE, al servicio de un modelo capitalista injusto (el 4% de perceptores de ayudas recibe el 40% de las mismas) e insostenible, con unas consecuencias nefastas para jornaleros del campo –Andalucía y Extremadura concentran la mayor tasa de paro situada en un 33 %- y también para la pequeña agricultura. Sus resultados en el Estado español son: despoblación y desempleo (la población activa agraria ha caído hasta el 4%), desmantelamiento de la cultura campesina (víctima del modelo productivo agroindustrial y de la colonización de las grandes multinacionales), destrucción del tejido productivo (debido a una PAC que incentiva la no producción y el no cultivo y a un modelo de agricultura industrial especulativo, a la siembra de transgénicos, a la gran cantidad de agrotóxicos y abonos químicos aplicados) y control del comercio agrícola por unas cuantas empresas transnacionales (soja, maíz, cereales).
Extraído del programa-marco de Izquierda Anticapitalista para las elecciones europeas del próximo 7 de Junio.