En el telediario se comenta que se está investigando a la empresa-secta-abastecedora Herbalife, que consigue unir todos los cables: lucha contra la obesidad mórbida con un régimen espeluznantemente pobre de alimentación que anula cualquier sensibilidad y que perjudica seriamente el organismo, cotizaciones en Wall Street, un ejército de clientes que son también agentes de promoción y distribución, una gran metáfora del capitalismo más depredador y más anulador de cualquier cultura, atacando la raíz, la alimentación.
Aparentemente, se han servido del resquicio legal que ampara a los productos dietéticos -cajón de sastre para todo tipo de cosas, hasta guarradas con pegatinas de hierbas- para no tener que someterse al control establecido para los medicamentos: pruebas antes de la comercialización. En realidad, su actual mal rato con la justicia española es sólo fruto de su avaricia, ya que si se hubieran quedado en sus zonas de predilección -USA, Brasil, y discretamente en todo el mundo- no hubieran asociado los diferentes casos de intoxicación en España, y seguirían podiendo desarrollar sus actividades en nuevos y prometedores mercados: el Magreb, los países del Este, Rusia, etc.
Herbalife, sweet death. Your body is the mirror of the chemical economy.
Ya podrá el empresario que fundó el tinglado retirarse y dedicarse a la filantropía. The game is over.
Que Al-lâh se apiade de las víctimas de estas estafas y castigue duramente a los estafadores.
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