No se merece ninguna nueva fatua, sobre todo siendo un error tan nimio, pero en el último párrafo de su artículo Las contradicciones de Rushdie (el título no debe ser suyo), el escritor se equivoca al pensar que Kan ma kan significa «era así, no era así»:
La literatura nunca ha perdido de vista lo que nuestro pendenciero mundo trata de obligarnos a olvidar. La literatura se regocija con la contradicción, y en nuestras novelas y poemas cantamos a nuestra complejidad humana, a nuestra capacidad de ser, simultáneamente, tanto el sí como el no, tanto esto como aquello, sin sentir la más mínima incomodidad.
El equivalente árabe de la expresión «érase una vez» es kan ma kan, que se traduce como «era así, no era así». Esta gran paradoja subyace en el fondo de toda ficción. La ficción es precisamente ese lugar donde las cosas son así y no son así, donde existen mundos en los que podemos creer sinceramente aun sabiendo también que no existen, que nunca han existido y que nunca existirán. Y en nuestra era de simplificación excesiva, esta hermosa complicación nunca ha sido más importante.
El ma aquí es un pronombre, literalmente la expresión sería «era lo que era», es decir «érase una vez». No es la partícula para indicar la negación. Reconozco que en árabe la fórmula adverbial idha ma, cuando, suelo mentalmente caer en el error de leerla como si fuera «cuando no». Por otro lado, el texto del escritor británico es ameno e interesante, aunque un poco tosco, como si la identidad no fuese a veces sencilla como el agua, sin que tenga ni pueda por ello ser seca nunca.
(Imagen sacada de un fragmento de un cuento de Mijayl Nu’ayma, publicado en el volumen llamado Kâna Mâ Kâna,Dār Ṣādir, 1966.)